La decisión de los inversionistas de inyectar menos capital en el país está asociada en parte al menor optimismo en el segmento de los agronegocios. El citado sector fue uno de los más fuertes en atracción de capitales en el periodo 2010-2012 antes del bajón de los precios de las materias primas, según se puede observar en el reporte que divulgó ayer el BCP.
La IED pico se dio justamente en el 2012, cuando el ingreso bruto alcanzó US$ 2.095 millones. Desde el 2008 al 2015, el IED bruto totalizó US$ 12.269 millones.
Miguel Mora, economista jefe de la entidad monetaria, detalló que en dicho periodo, los inversionistas se anticiparon al escenario menos alentador, y decidieron apostar a las industrias como las aceiteras y otras relacionadas al rubro, situación que ayudó de alguna forma a contrarrestar el impacto de la caída de la soja que vino después. En ese tiempo el procesamiento de la soja llegaba al 9%, hoy tras esas inversiones se llega al 40%, resaltó Mora.
Por su parte, el economista Gustavo Cohener explicó que la disminución de la IED tuvo similar comportamiento en toda la región Latinoamericana, que sintió fuertemente los impactos de la recesión de los comodities.
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Al igual que el ingreso bruto de capital, también disminuyeron las remesas de utilidades en cerca del 26%. En el último año, las empresas extranjeras radicadas en el país remesaron a sus matrices unos US$ 932,3 millones y en siete años enviaron al mismo destino US$ 9.250 millones. En lo que respecta al flujo de inversiones netas que quedaron en el país, fue de US$ 260 millones en el 2015 y US$ 2.987 millones considerando el periodo 2008-2015.
¿Quiénes invierten?
De acuerdo con el reporte del BCP, Estados Unidos encabeza la lista de mayores inversores foráneos en el país. Entre 2008-2015, las empresas norteamericanas acumularon flujos netos por valor de US$ 977 millones; en segundo lugar Brasil, por US$ 740 millones, y luego viene España, con US$ 250 millones. En cuanto a las actividades económicas que se benefician, el terciario es el mayor (55%), donde destacan las actividades financieras, seguido de las industrias (39%) y por último el sector primario (6%).