LOMA PLATA, Chaco (Marvin Duerksen, corresponsal). Si bien la construcción de la planta de agua potable (toma y limpieza) en Puerto Casado ya ha concluido hace tiempo, como así también el reservorio central en Loma Plata, la colocación bajo tierra de los caños en una extensión de 203,4 km en total, en dos tramos, sigue vigente.
En el primer tramo, a cargo del Consorcio PS, representando por Oscar Soler, se han colocado hasta ahora en 97 (95%) de los 102 kilómetros. El segundo tramo, a cargo del consorcio ABH-Taivo-Constructa, representado por Nelson Chaves y cuyos trabajos presentaron graves problemas desde su inicio, hasta ahora solo alcanza 67 (66%) de 101 Km, según la Gerencia de Proyectos de Agua y Saneamiento (GPAS) del MOPC. Es decir, en cinco años y tres meses se han terminado un total de 164 kilómetros (80%) de los 203 kilómetros de caños bajo tierra, desde Puerto Casado a Loma Plata, proyectado para 12 meses.
La palada oficial del acueducto, con adjudicación de las licitaciones correspondientes a la primera fase, se hizo el 12 de noviembre 2012 en Puerto Casado. El inicio del entierro de los tubos comenzó un año después, en octubre 2013, es decir, hace cuatro años y tres meses, y aún no está terminado.
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La colocación de tubos bajo tierra en esta primera fase es muy criticada a nivel local. Por ejemplo, en varios lugares donde los tubos ya están enterrados, después de las lluvias, desaparece y aparece el agua gorgoteando, generando muchos comentarios entre pobladores. Además, con las lluvias se abren una especie de sumideros, pozos que tragan agua y arena, porque abajo están los costosos caños del acueducto, que corren el peligro de sufrir daños en el pulimento de su lado interior.
Además, se observa en varios lugares caños en el agua, al lado de caminos vecinales. Los caños especiales para el acueducto son muy costosos. Según la primera licitación, cada tubo para 25 kilos de presión costó al erario público 1.031 dólares, los de 20 kilos de presión 1.010 dólares. Estos caños son de plástico reforzado, con fibra de vidrio, para un mejor deslizamiento del agua.
La fiscalización de la obra esta a cargo del consorcio Aguas del Chaco, con dos contratos consecutivos, que suman juntos el llamativo monto de G. 16.000 millones.