La punta más elevada del diagrama se registra, según datos oficiales, a las 18:00, con 1.241 MW (1 MW = 1000 KW), una cantidad equivalente a la potencia de seis hidroeléctricas como Acaray, o casi un par de unidades de Itaipú o la potencia instalada de ocho grupos de generadores de Yacyretá.
Un salto de 2913 MW
La curva del diagrama da un salto 293 MW entre las 17:00 y las 18:00 para descender después levemente a la hora siguiente, hasta retomar la tendencia inicial alrededor de las 23:00, con 935 MW.
Un segundo pico de esta suerte de colina con la que se grafica el consumo eléctrico del mercado nacional, por cierto menos acentuado, se verifica entre las 13:00 y las 15:00, con un máximo de 1.032 MW a las 14:00, o sea la potencia equivalente a cinco centrales como Acaray, que luego desciende a 1.014 MW alrededor de las 15:00.
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Los picos más bajos del gráfico de referencia, por consiguiente de menor demanda del mercado paraguayo, se observan a las 4:00, con 771 MW, un poco más que la potencia instalada de uno de los veinte grupos productores de Itaipú; 780 MW a las 3:00; 785 MW a las 7:00 y 822 MW a la 1:00.
Dos Acaray de diferencia
Apuntemos igualmente que entre el punto más deprimido de la curva del consumo nacional y el más elevado hay una diferencia de 470 MW, una potencia equivalente a dos Acaray, más el 35% de un tercero.
La observación del esquema en cuestión permite asimismo inferir que entre las 18:00 y las 22:00, así como las 14:00 y las 15:00, la demanda supera los 1000 MW, que son las horas de punta, con un promedio de 953 MW.
La pregunta es si en las horas consideradas “de valle” o “fuera de pico”, la empresa eléctrica estatal ya logró o aún no encontró una salida rentable para la franja ociosa de la potencia que contrata tanto en Itaipú, como en Yacyretá.
Según las fuentes consultadas, la empresa eléctrica estatal contrata en la hidroeléctrica paraguayo-brasileña 1250 MW, que el mercado nacional araña alrededor de las 18:00 y las 19:00, con un consumo de 1.241 MW y 1.210 MW.
El talón de Aquiles
Sin embargo, la franja ociosa del diagrama de carga de la empresa eléctrica estatal no es su único ni su principal problema.
En efecto, los recientes incendios en las estaciones de ANDE de Lambaré y San Lorenzo, que privaron durante varios días del servicio eléctrico a miles de sus usuarios, demostraron que el talón de Aquiles de su sistema constituyen las áreas de transformación y distribución. Las elevadas pérdidas en la transmisión es otro de sus flancos débiles.