Los trabajos consistieron en el cambio de ramal de los usuarios del sistema de distribución de agua potable. Para el efecto los operarios removieron parte de la capa asfáltica y dejaron media decena de canaletas que molestaban a los conductores que normalmente circulan por esa arteria.
En varias oportunidades consultamos con el gerente general de la empresa del Estado, Carlos Antonio López, y su respuesta siempre fue que “no habían realizado trabajos de ningún tipo en esa área”.
Luego de varios días consultamos nuevamente con los propietarios de las viviendas frente a las que se habían hecho las excavaciones. Algunos mostraron sus facturas de meses anteriores en las que constaban un pago superior a los G. 200.000 por trabajos de cambio de ramal.
Sobre esta información proporcionada por los clientes volvimos a consultar con los funcionarios de la aguatera del Estado.
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Finalmente, los funcionarios reconocieron que habían realizado los trabajos en la zona pero solo en dos partes. Sin embargo, los rastros en la calle eran más. Ese mismo día que reconocieron las intervenciones taparon las molestosas canaletas en el asfalto que habían dejado.
Lo hicieron de forma chapucera (pueden ver en la fotografía). Inclusive en uno de los sitios se rompió el caño debajo de la vereda, provocando la pérdida de miles de litros de agua potable.
