Lluvias complican los trabajos viales

Las lluvias torrenciales caídas en el sur del país desde marzo complican el avance de las obras viales que se ejecutan en Ñeembucú. Responsables de las empresas admitieron que, por las condiciones climáticas imperantes, es muy poco lo que están haciendo desde hace casi dos meses.

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PILAR (Clide Noemí Martínez, corresponsal). Una de estas obras afectadas por el comportamiento actual del clima es la reconstrucción de la Ruta 4 que une Pilar con San Ignacio (Misiones). Al respecto, el Ing. Francisco Griñó, responsable de la empresa T&C, contratista de la citada obra, dijo que es poco lo que se pudo avanzar en los últimos meses debido a las lluvias intensas que impiden conseguir material seco para los trabajos.

“En el mes de abril hemos trabajado apenas seis días en total, lo que da la idea del impacto del clima”, resaltó la fuente, agregando que esto se da lastimosamente en la fase final de los trabajos de reconstrucción, cuando ya han concluido en un 70%. 

Según el profesional, hoy cuentan con más de 450 empleados y son unas 300 las máquinas que activan en la obra, explicando que solo en sueldos se invierten unos G. 2.500 millones mensuales, y cree que en las próximas semanas podrían incrementarse esa cifra, considerando que la empresa debe concluir estas tareas antes de octubre, que es considerado también un mes lluvioso. “Unos cuatro meses de tiempo normal serán suficientes para que la Ruta 4 esté como nueva de punta a punta”, manifestó el ingeniero Griñó. 

Autorización atrasada 

Consultado sobre el drenaje en los caminos de la zona, Griñó señaló que hace bastante tiempo que venían solicitando a las autoridades del sector la posibilidad de reforzar con más alcantarillas esta vía. Se incorporaron algunas que trabajan bajo presión por el volumen de agua que se tiene en la zona. Significó que si bien alivian la situación, son insuficientes y es necesario reforzarlas. En ese sentido recordó que esta preocupación ya habían manifestado al MOPC, pero lamentablemente la respuesta ha demorado, pues recién hace un mes aproximadamente se autorizó el estudio hidrológico que determinará las acciones que se necesiten ejecutar. 

A causa de esta demora, alegó el responsable de la compañía contratista, ahora se deberá romper nuevamente el pavimento ya concluido en ciertas partes. Es una pena que hagan alcantarillas con la ruta ya renovada, alegó.

El profesional resaltó que todas las tareas que se realizan en el departamento de Ñeembucú deben tener las obras de arte necesarias para un buen drenaje. Esto considerando que la zona es baja y las lluvias son abundantes.

Indicó que el control de peso es también otra prioridad para evitar el rápido deterioro del pavimento, y que en esto hay que ser muy serios e inflexibles para lograr que el asfalto tenga una larga vida útil.

Ayer se pudo observar que máquinas y obreros estaban trabajando a contrarreloj en algunos tramos de la Ruta 4, aprovechando el atípico buen tiempo que reinaba en la jornada sabatina.

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