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Recalde, director paraguayo de la EBY, confirmó la realización del acto de recepción de ofertas en el marco del Foro I del comité Paraguay del Consejo Mundial de Energía que se llevó a cabo esta semana en el Centro de Recepción de visitas de Itaipú binacional en Hernandarias.
Goerling, director argentino de la EBY, por su parte, hizo lo propio en una entrevista con la FM 89.7 Enfoque, de la provincia de Misiones.
Lejos de Asunción y de la misma central
Ambos recordaron que la recepción de las propuestas correspondientes a la segunda licitación de este proyecto (contrato Y-E- AMPLYA) esta prevista para el miércoles 2 de mayo próximo, también en Buenos Aires, lejos de Asunción, o de las sedes con que cuenta la EBY en Ayolas (Paraguay), Ituzaingó (Argentina) o en la propia isla paraguaya de Yasyretá, donde los actuales presidentes, Horacio Cartes y Mauricio Macri, el 5 de mayo de 2017 firmaron la polémica acta de entendimiento, con el retórico propósito de regularizar el funcionamiento del que en el pasado un presidente argentino (Carlos Saúl Menem) lo “bautizó” como “monumento a la corrupción”.
El proyecto en cuestión arrastra una larga historia de controversias, data de principios del 2000. En efecto, el proyecto Y-AC1 fue acordado el 31 de agosto de ese año y había sido elaborado por Harza y Consorciados.
Entre el 2003 y el 2008, bajo la presidencia de Nicanor Duarte Frutos, fue licitado por primera vez pero, debido a la disparada de sus costos, ese gobierno se vio obligado a cancelarlo.
En principio, el costo estimado de la pequeña usina en el Aña Cua rondaba los US$ 200 millones, hoy traspone con holgura los US$ 600 millones, como lo reiteró el director argentino en la entrevista de referencia.
Llamativamente, en once años, experimentó una sorprendente mutación. Hasta finales de 2006, según la licitación N° 321, era una “central hidroeléctrica”, hoy, con el número 670, convocan a las firmas interesadas para “la ejecución de la obra civil y determinadas partes electromecánicas de la ampliación de la central hidroeléctrica de Yacyretá en la margen izquierda del brazo Aña Cua” y “Para el suministro electromecánico de generación...”. Incluso esta semana, en su exposición ante el Consejo Mundial de Energía en Itaipú, Recalde reiteró la ambigua denominación de “proyecto de maquinización del Aña Cua”.
El Anexo B del Tratado de Yacyretá no incluye esta obra la “descripción general” de las instalaciones del aprovechamiento, aprobada por ley.
La nueva central tendrá una potencia de 270 MW, y la generación anual estimada de 1.7000 MWh, un 8,5% de la producción actual de Yacyretá, ligeramente superior la hidroelécrica Acaray de la ANDE.