El presidente de la comisión vecinal “Un Pedacito de Italia”, Víctor Caballero, criticó duramente a las empresas que se oponen a la realización de la mensura judicial en la colonia, paso previo para que la misma sea distribuida entre los ocupantes de hecho, sujetos de la reforma agraria.
Resaltó que el inmueble fue donado por Italia a través de un tratado internacional y que, según los documentos, desde 1888 hasta la fecha no ha habido transferencias de parte de estas tierras a terceros, por lo que ninguna empresa debería alegar en la actualidad “superposición de títulos”.
Inicialmente había 84.000 hectáreas
De hecho, nuestro diario accedió a un mapa que obra en la Dirección General de los Registros Públicos sobre el origen de Barbero Cue. Inicialmente, después de la Guerra de la Triple Alianza, dos franceses llamados Elliot y Tulloch adquirieron 41 leguas en el departamento que entonces se llamaba “Villa de San Pedro”, en el año 1887 (ver infografía).
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Esa misma propiedad, que hoy mediría como 84.000 hectáreas, fue revendida y transferida entre tres propietarios, hasta que luego llegó a un italiano de nombre Carlos Paoli. Según lo explicado por la representante legal de los campesinos, Abog. Leticia Almada Paoli, quien además es la tataranieta del italiano mencionado, al registrar las 84.000 hectáreas se dejó constancia de que 30 pequeñas ocupaciones debían ser descontadas de la superficie total (fracciones pintadas en color naranja en el mapa).
La historia continúa cuando fallece Carlos Paoli y sus herederos pasan a ser los propietarios del inmueble, quienes sacan un préstamo de La Urbana Rural SA, de Andrés Barbero, y finalmente no pueden pagarlo. Por ese motivo, la mencionada firma se quedó con 9 leguas, equivalentes a 17.343 hectáreas.
Las 17.343 hectáreas nunca se vendieron
Esa fracción de 9 leguas es la que posteriormente la familia Barbero transfirió al Gobierno de Italia para el asiento de una comunidad de inmigrantes de ese país y el fomento de su cultura.
Si bien la propiedad no fue ocupada por italianos, a lo largo de los años los paraguayos fueron ingresando hasta conformar toda una colonia con alrededor de 10.000 habitantes.
Al respecto, el presidente de la comisión “Un Pedacito de Italia” acotó que debido a esa ocupación de compatriotas, finalmente en el año 2012 Italia donó la propiedad, a través de un acuerdo internacional, que hasta hoy no fue cumplido.
La mensura que promueven los campesinos para ejercer sus derechos como donatarios se viene trabando sistemáticamente. En los últimos años tres empresas agroganaderas presentaron oposición por la vía judicial. Son: La Blanca SA, cuyo titular es Sigfrido Baumgarten; Vista Alegre, representada por Federico Robinson, y la firma Nicacio Acosta e Hijos, cuyo nombre indica sus propietarios.
La supuesta “superposición” no existe
De acuerdo con este plano de 1888, no existe ninguna superposición sobre la fracción de las 17.343 hectáreas. Ese fue el argumento esgrimido por la empresa La Blanca, cuyos representantes mencionaron al varón de Maltzau como uno de los propietarios originarios de las tierras (resaltado con color celeste en la infografía). La persona citada aparece como colindante en este mapa, incluso debajo de las 84.000 hectáreas, y muy lejos de los límites de Barbero Cue. Estos datos coinciden con informes de la Dirección de Registros Públicos.
Según la versión de esta empresa, la primera dueña de las tierras donde se asienta su estancia (unas 2.500 hectáreas) fue una persona llamada María Ojeda, que poseía un título supletorio, es decir, confeccionado en la posguerra de la Triple Alianza. Alega también que se debían descontar de las 17.343 hectáreas las ocupaciones existentes en aquella época (haciendo referencia a los 30 lotes mencionados anteriormente). Sin embargo, las fracciones debían ser descontadas de las 84.000 hectáreas y están identificadas plenamente fuera de Barbero Cue.
ABC accedió a la lista de estos 30 ocupantes y entre ellos la única persona que aparece con el apellido Ojeda es Manuel Ojeda, que poseía menos de 5 hectáreas. Es decir, suponiendo que María Ojeda sea su descendiente, nunca pudo haberse quedado con las 2.500 hectáreas. Curiosamente, todos estos datos aparecen en el expediente de la empresa Ganadera Vista Alegre, en el marco de la oposición que planteó ante la inminente mensura de Barbero Cue. Es decir, la información coincide con la esgrimida por la comisión vecinal “Un Pedacito de Italia”.
Registros confirma que no hubo ventas
Otros informes que refuerzan los argumentos de los campesinos provienen de la Dirección de Registros Públicos. Esta institución confirmó, a través de dos informes de 2014 y 2015, que la fracción de las 17.343 hectáreas no sufrió modificación en relación a su superficie, restricción de dominio y no reconoce gravamen alguno.