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La 13ª Feria Internacional de Turismo del Paraguay (FITPAR) concluyó ayer con más de 600 ruedas de negocios y cerca de 6.000 visitas.
Durante los tres días de exposición, los agentes, operadores mayoristas y representantes del sector hotelero de las tres Américas, el Caribe y Europa, tuvieron la oportunidad de conocerse, informar sobres sus actividades y cerrar acuerdos, explicó Osvaldo Morínigo, presidente de FITPAR.
“Participaron 700 expositores, 290 profesionales, entre agentes y operadores, 30 empresarios del Mercosur y 30 medios de prensa de varios países. Hasta el sábado habían visitado la muestra alrededor de 3.000 personas”, expresó Morínigo al hacer un recuento del evento internacional.
Agregó que las invitaciones a la feria la hacen de acuerdo las conexiones existentes con los países. Con Europa la frecuencia de dos viajes directos con Air Europa aumentará a cuatro desde diciembre.
Con otros continentes es más difícil justamente debido a la conexión aérea, pero para el efecto deben mantener conversaciones con las empresas y organismos gubernamentales.
En la edición anterior de FITPAR, se concretaron 440 citas de negocios entre profesionales del sector; se registró un total de 4.529 visitantes, de los cuales 423 personas fueron profesionales del sector turístico, 69 representantes de la prensa nacional e internacional y un público final de 3.540 personas, compradores y vendedores interactuaron entre sí de forma directa.
Mirtes Kliemann, una de las visitantes, consideró importante que se haga este tipo de eventos para dar a conocer los sitios que se pueden visitar en las vacaciones. “Me parece interesante. Creo que me voy a ir al Brasil”, señaló.
Por su parte, el arquitecto Alejandro Herrera consideró que la parte de la exposición que correspondió a nuestro país debió ser más grande, con mayor destaque. “Creo que le dieron poco espacio a nuestro turismo interno. Me hubiera gustado que se haya hecho como la parte internacional”, dijo. Por otro lado, mencionó que le falta infraestructura a nuestro país, porque la última vez que se fueron a visitar la represa de Yacyretá, por ejemplo, tuvieron que quedarse en un hotel de Encarnación y no de Ayolas.