Metrobús también arrasa ahora parte de la historia de Fernando de la Mora

Las motosierras se unieron ayer a las herramientas y máquinas viales en la zona de obras del metrobús, dejando a su paso una pila de troncos, con lo que además de diezmar el paisaje se impacta en el sentimiento ciudadano de algunos pobladores, que lamentaron el hecho. A dos cuadras de Calle Última, uno de los árboles, un viejo ejemplar de yvapovo, aún resistía ayer, custodiado por los vecinos, que lo cercaron, le pusieron carteles, globos y hasta nombre: “El árbol que habla”.

La historia de este árbol nos contó Esteban Estragó, nieto de uno de los “padres” de la ciudad de Fernando de la Mora y el principal “guardián” del árbol en peligro. “Mi abuelo, Esteban Estragó Trías, fue padre fundador de la ciudad y nuestra casa siempre estuvo frente a este árbol. Teníamos el Cine Terraza, que fue declarado patrimonio municipal histórico”, relató Estragó, y añadió que su abuelo “era el único que tenía radio en la ciudad y entonces puso un parlante en el árbol y cada vez que había noticias sobre la Guerra del Chaco, él avisaba con bombas y la gente venía a escuchar. Algunas veces había malas noticias, muchas madres, esposas e hijas quedaban llorando a sus familiares bajo este árbol. Esa es la carga emocional que yo siento, es muy importante para la historia de la ciudad. Es un árbol de yvapovo con más de 100 años”, resaltó.

Estragó manifestó que no están en contra del desarrollo, pero señaló que tienen muchas dudas sobre las obras.

“Este árbol forma parte del patrimonio cultural de la ciudad. Mi padre y mi hermana escribieron un libro sobre la historia de Fndo. de la Mora, una ciudad sin historia, le dicen ciudad dormitorio, por eso queremos rescatar el patrimonio. Mi padre me dejó ese legado, algo teníamos que hacer”, relató emocionado.

Los vecinos ven como opción trasplantarlo, pero aún no se concretó. El árbol se encuentra en zona de obras del tramo 3 del metrobús, a cargo de la empresa Mota Engil, adjudicada por un total de G. 300.417 millones, que luego se reajustó a casi G. 404.000 millones.