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La Dirección Nacional de Contrataciones Públicas tomó la decisión de fijar una nueva fecha para la licitación de obras en el Pilcomayo.
La subasta electrónica tendrá lugar en la mañana del viernes 14 de setiembre.
El Estado invertirá 25 millones de dólares en la rehabilitación de la embocadura, limpieza del canal artificial y nivelación de la cañada La Madrid.
La ejecución de obras se distribuirá de la siguiente manera: lote 1, limpieza de la embocadura hasta el kilómetro 50, con una inversión de 13,8 millones de dólares.
El lote 2, por su parte, incluye obras a partir del kilómetro 51 hasta el fortín Gral. Díaz por un valor de 11,2 millones de dólares.
El elevado monto disponible para las obras, sin precedentes en los últimos 25 años, se convirtió en un “atractivo” especial para las empresas viales.
Con semejante cantidad de dinero, absolutamente inusitado, resulta imposible admitir que la embocadura del canal paraguayo siga en territorio argentino.
Del mismo modo, resultará intolerable que sigan existiendo puntos críticos por sedimentación en el cauce La Madrid, en el poblado de Margariño por ejemplo.
El tema de las dragas En la mañana del jueves 30 de agosto, el Ministerio de Obras Públicas y la Comisión Nacional del Pilcomayo convocaron a una reunión a empresas viales interesadas en trabajar en el citado río.
Las empresas que asistieron y sus representantes son las siguientes: Francisco Griñó, Julio Lesme y Néstor Kanasawa, T&C SA; Eduardo Szmuc, Black SA; Omar Bustos Adi, LT SA; Diego Lamar, Vialsur SA; Carlos Beltramino, Eduardo Bloomberg, Talavera y Ortellado SA.
El punto urticante para las empresas viales es la obligación de contratar dragas para la limpieza de la embocadura.
Y no cualquier draga: el pliego de bases y condiciones específica que deben tener motores con una potencia mínima de 1.100 HP.
Las empresas viales piden que se cambie esta exigencia y se permitan dragas con motores de 400 HP.
El Pilcomayo tiene, básicamente, dos características muy particulares: elevado transporte de sedimentos y variables extremas de caudal.
Las dragas deben responden a las particularidades del río, de lo contrario, no servirán para nada.
Una draga con una potencia de 400 HP es absolutamente inútil para trabajar en la embocadura del río.
El tema es que las dragas de 400 HP son fáciles de contratar en el país porque son equipos que habitualmente se emplean en el río Paraguay.
Lo que se pretende es sencillo: cumplir con la formalidad del contrato. No importa que los sedimentos sigan en el lugar.
El 7 de diciembre pasado llegaron las dragas a la embocadura del Pilcomayo y hasta hoy están trabajando sin parar, con apoyo de una retroexcavadora convencional y una excavadora anfibia.
En marzo último recién llegaron las empresas viales a operar en la embocadura.
La boca de nuestro canal sigue abierta gracias a las dragas. A pesar del éxito alcanzando, las empresas viales realizan “gestiones” para evitar que sigan operando los equipos adecuados, de 1.100 HP.
La tarea en la embocadura debe complementarse entre equipos viales y anfibios. No puede seguir el Pilcomayo bajo control de empresas exclusivamente viales.
La lectura del pliego de la licitación despierta sospechas: en contra de los intereses del Pilcomayo, estaría abierta una brecha en favor de los equipos viales.
Es nuestro próximo artículo.
roque@abc.com.py