Mota Engil responsabiliza al MOPC de los atrasos en las obras del metrobús

Por primera vez desde que se iniciaron las obras (2017), el director de la empresa encargada de la construcción del polémico proyecto se refirió al mismo y lo hizo en el marco del congreso de pavimento de hormigón que reunió a profesionales de la construcción, nacionales y extranjeros.

Andrade calificó al emprendimiento como el “más difícil que hizo en su vida” y dijo que la obra representa un desafío y una oportunidad. Desafío porque, según él, es difícil hacer un proyecto en un medio urbano donde no se tiene catastro ni títulos de propiedades. “No se tiene información de las redes de servicio enterradas, tanto de alcantarillado sanitario como de agua potable y se tiene una red de drenaje pluvial que no existe, además de que se desconoce la realidad de los sitios afectados por la obra”.

Por otro lado, dijo que es una oportunidad para cambiar la cultura, cambiar el estilo de vida y la manera en que la ciudadanía se transporta.

“Nadie va a entender las dificultades de hacer en un medio urbano, un proyecto con pavimento rígido que después de construir no se puede volver a destruir para meter una cañería de Essap, o una instalación de ANDE”, argumentó.

Cambio del proyecto

El portugués justificó los atrasos alegando que el proyecto fue totalmente cambiado sorpresivamente por el MOPC. “El día de la firma del contrato, el ministro Ramón Jiménez Gaona anunció que íbamos a construir una zanja técnica. Eso para nosotros fue una sorpresa y, por lo tanto, introducir una zanja técnica, en donde se va a meter todo el cablerío aéreo de la avenida en una galería compacta con servicios de media tensión, de baja tensión, de telecomunicaciones, es un cambio radical en el concepto del proyecto”, indicó.

Manifestó que para introducir en las veredas la zanja técnica fue necesario hacer las conexiones de los sumideros a las galerías centrales por debajo de la zanja técnica. “El cambio radical se da cuando necesitamos hacer excavaciones de 5 metros de profundidad cuando el proyecto original prevía excavaciones de solo tres metros. Por lo tanto, este trastorno que le estamos haciendo a la ciudadanía es fruto de un cambio radical del concepto del proyecto”, se defendió.

Finalmente, alegó que no pueden avanzar con los trabajos porque los frentistas no se lo permiten. “El conflicto ocurre con las personas que desde 1970 no actualizaron su catastro y hoy dicen: la calzada es mía, usted no pasa”.

El proyecto

Actualmente los trabajos se centran en San Lorenzo y Fernando de la Mora, que corresponden a los tramos 2 y 3, en donde hasta el momento solo se terminaron unos 800 m. Existen más de 90 comercios cerrados y frentistas que se manifiestan en contra de la manera en que se desarrolla el proyecto. Estos tramos fueron adjudicados a Mota Engil por un total de G. 300.417 millones, que luego se reajustó a casi G. 404.000 millones.