No desaprobamos el esfuerzo docente del profesor Blas Servín, miembro de la Sociedad Científica del Paraguay, por difundir la Astronomía, pero no podemos negar que ese puesto de observación, Yacyretá, aún con exorbitantes problemas, nos trajo a la memoria un renglón del poema del artista argentino José Larralde, “Herencia para un hijo gaucho”: “De mirar pa’rriba, se me endureció el pescuezo”.
Dos años y seis meses después del vencimiento del plazo que establece el numeral IX del Anexo C del Tratado de Yacyretá para la revisión de sus disposiciones, es natural que el pueblo paraguayo pregunte a sus actuales responsables, especialmente al equipo revisor que integraron en junio de 2014, si no todavía no avistaron una solución a la deuda de la EBY y que, según los argentinos, araña los US$ 20.000 millones.
Al acaparamiento argentino del excedente paraguayo en esa usina, pese a que el Tratado les confiere solo el derecho a la preferencia para ponerse en la fila de los posibles interesados.
Una solución definitiva a la ilegal Nota Reversal de 1992. A la injusta “compensación que pagan por ese excedente que, para colmo de males para Hacienda y para el país, lo hacen una injustificable morosidad.
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A la hasta hoy irresoluta ecuación de la compensación por territorio inundado, que la EBY no abona por oposición argentina, ¿o se les endureció el pescuezo?
RCC