Ocho días después nada se informa sobre Yacyretá

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Tras ocho días de la esperada reunión –al menos en Paraguay– entre los cancilleres de nuestro país, Eladio Loizaga, y de Argentina, Susana Malcorra, nada se informó y muy poco trascendió sobre la situación de las negociaciones binacionales del Anexo C del Tratado de Yacyretá y, por consiguiente, de la deuda que endilgan a la entidad binacional (EBY).

El sábado 13 del presente mes, un día después del promocionado encuentro, ABC Color informaba que el mismo “no arrojó resultados en lo referente a la revisión del Anexo C del Tratado de Yacyretá, salvo nuevas promesas para avanzar en el tema”.

Recordemos que el 27 de marzo de 2014 se cumplieron 40 años de vigencia del Tratado de Yacyretá, plazo estipulado en el numeral IX, Revisión, del Anexo C, para que las Altas Partes Contratantes (gobiernos) revisen sus disposiciones.

El tratado comenzó a regir el 27 de marzo de 1974, fecha en que los ministros de Relaciones Exteriores de entonces (Raúl Sapena Pastor y Alberto Juan Vignes), en Buenos Aires, canjearon los instrumentos de su ratificación.

Condicionantes

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El párrafo de referencia del Anexo C, además, condiciona esa revisión al cumplimiento de un par de requisitos: el grado de amortización de la deuda que contrajo la EBY para la construcción de la central hidroeléctrica y la relación entre las potencias contratadas por las entidades de ambos países, ANDE por el nuestro y hoy Ebisa por Argentina.

Las tratativas arrancaron el 11 de junio de 2014, casi tres meses después del cumplimiento del plazo de 40 años, todavía con los representantes del gobierno de Cristina Fernández, y quedaron congeladas a finales de 2015 debido al cambio de gobierno.

En los 18 meses de gestiones con los funcionarios del anterior gobierno argentino nada pudo concretarse, excepto la Nota Reversal N° 14 sobre el Anexo A del tratado o estatuto de la entidad binacional el 12 de noviembre de 2014, también en Buenos Aires.

Este resultado fue durante cuestionado en nuestro país, en primer lugar porque no era la prioridad paraguaya y, en segundo lugar, porque, con la excusa de la “cogestión” en la administración de la EBY, solo confirma la hegemonía de nuestros socios en su Dirección Ejecutiva.

Sobre la deuda imputada a la EBY, condición sine qua non para avanzar en la “revisión”, excepto trascendidos, es poco lo que se sabe.