Aunque el presupuesto para el proyecto metrobús, de unos 164 millones de dólares, debe destinarse exclusivamente a la ejecución de ese plan, los frentistas afectados y autoridades de Fernando de la Mora están solicitando rehacer los estudios que en su momento descartaron el monorriel o tren elevado como solución a la necesidad de un transporte masivo sobre Eusebio Ayala y su continuación en Fernando de la Mora, la ruta Mariscal Estigarribia.
Stan Canova, consultor que trabaja con los frentistas, y Nilsa Sánchez, concejala de Fernando de la Mora, participaron ayer del programa Periodistas Económicos, de ABC Cardinal, en el que instaron al Gobierno a volver a considerar una solución elevada como el monorriel, para resolver el problema del tráfico sobre Eusebio Ayala.
Según dicen, el sistema de Buses de Tránsito Rápido (BTR) o metrobús plantea más problemas que soluciones a la ciudadanía.
Canova dijo que hace cinco años, cuando se descartó el monorriel, los precios del acero (uno de los materiales utilizados en la construcción de la infraestructura requerida) eran otros.
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“El precio del acero cayó en un 70% a nivel internacional y ellos siguen diciendo que la infraestructura costará 70 millones de dólares por kilómetro”, señaló. Según él, al insistir en estas afirmaciones las autoridades del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) están subestimando la inteligencia de los ciudadanos.
Reiteró que el MOPC debería rehacer los estudios que descartaron la solución elevada porque hoy las variables son otras.
Por su parte, la concejala Sánchez dijo que toda la Junta Municipal de Fernando de la Mora defenderá los intereses de los frentistas afectados, porque los negocios que están ubicados sobre Mariscal Estigarribia son vitales para la economía fernandina.
En ese sentido, durante las últimas e incidentadas audiencias públicas, los afectados insistieron en que no permitirán el inicio de las obras, que está previsto para mayo.
Problemas
El metrobús tiene la oposición unánime de todos los frentistas, quienes perderán gran parte de su vereda con la expropiación.
El éxito del plan reposa sobre la esperanza de que una vez operativo el sistema, la gente deje sus vehículos y utilice este transporte por resultarle más económico y veloz.
Sin embargo, con los más de 20 cruces semafóricos y paradas obligatorias en los 12 kilómetros que tiene el corredor central, se calcula que la velocidad de desplazamiento percibida por el usuario será de solamente 24 kilómetros por hora.
Respecto al precio del servicio para el usuario, aún no se puede anticipar cuál será el costo del boleto, pero sí se puede considerar que los buses no serán en su totalidad eléctricos, como se había comprometido el Ejecutivo frente al Congreso para obtener los recursos.
En ese sentido, José Tomás Rivarola dijo que no se pueden descartar vehículos diésel porque los eléctricos, además de ser más costosos, tienen menor capacidad. Al menos una parte de la flota se moverá a diésel.
Por último, el proyecto no se rige por ley de Contrataciones Públicas.
