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El complejo hidroeléctrico binacional, construido en el marco del Tratado de Yacyretá firmado el 3 de diciembre de 1973, vigente desde el 27 de marzo de 1974, fue puesto en funcionamiento en 1994.
Los primeros registros oficiales, al menos del Departamento Técnico, Movimiento de Energía, lado argentino de la entidad binacional, revelan que en ese ejercicio la central produjo 355.361 MWh, que fueron totalmente absorbidos por el Sistema Argentino de Interconexión (SADI).
En el siguiente año, ya con una mayor disponibilidad de hidrogeneradores, la usina binacional generó 3.792.346 MWh, pero una vez más fue el sistema argentino el que se aprovechó de toda esta cantidad de energía eléctrica, sin que el paraguayo utilice un solo MWh.
De acuerdo con la fuente consultada, recién en 1996 la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) retiró sus primeros 6.284 MWh de la central que, contradictoriamente, exigió a su país un mayor aporte territorial a la hora de la conformación de su gigantesco embalse, lago o reservorio.
Debe destacarse igualmente que en estos 23 años la mayor utilización del producto de esta central se concretó en el 2015, año en que la ANDE retiró de Yacyretá 2.607.179 MWh, superior en casi un 7% a la cantidad que utilizó el año pasado.
Solo el 6,7%
De tan fabulosa torta energética, un producto de 23 años de operación de la usina paraguayo-argentina, la tajada que recibió el mercado paraguayo mide apenas 6,7%. La parte del león, explicado o no, correspondió a nuestro socio en condominio, por partes iguales en esta controvertida aventura geopolítica: 93,3%.
Respecto a la geopolítica recordemos que, en los duros años de vigencia de la Doctrina de la Seguridad Nacional, Juan Domingo Perón, entonces presidente de Argentina, había decidido construir Yacyretá en respuesta al desplazamiento que hizo el gobierno militar brasileño el 26 de abril de 1973, fecha que firmó el Tratado de Itaipú con su par paraguayo, encabezado por el tirano general Alfredo Stroessner.
¿Cesión o entrega?
El Art. XIII del Tratado establece la división de la energía producida por Yacyretá en partes iguales, o sea, del total mencionado 159.381.528,5 MWh pertenecen a nuestro país.
Las mismas fuentes revelan en 23 años de producción la ANDE pudo aprovechar solo 13,4% de la energía paraguaya en la binacional y cedió o simplemente entregó en rigor el Paraguay el 86,6%.
Injustificable morosidad
Si de 159.381.528,5 MWh, la parte de la producción que tuvo la hidroeléctrica entre 1994 y 2016 y que pertenece a nuestro país, según el Tratado, solo utilizó el 13,4% y cedió (extraño sinónimo de venta en el Tratado) el 86,6% al mercado argentino, cualquier desprevenido concluiría que es negocio redondo para el Paraguay. Sin embargo, debe reiterarse, nuestros socios no pagan siquiera la cuotita que impusieron con la Nota Reversal de 1992, que en la práctica canceló el Anexo C. En efecto, aún nos deben todo lo acumulado en 2016 en ese concepto.