Paraguay asumirá deuda millonaria de Aña Cua solo por “solidaridad”

La central hidroeléctrica Aña Cua no tiene justificación para nuestro país, que sin embargo va a pagar el 50% de su costo, a través de su participación en Yacyretá, según coincidieron el legislador Miguel Ángel López Perito y el especialista en temas energéticos Juan José Encina.

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Paraguay no tiene déficit en la generación de energía; sus problemas en el sector eléctrico se concentran en la distribución, según coincidieron el senador Miguel Ángel López Perito y el especialista en temas energéticos Juan José Encina, durante su participación en el programa “Economía a fondo”, que se emite por ABC TV.

El Ing. Encina recordó que nuestro país tiene disponibles hoy 60.000 GWh (1 GWh = 1000 MWh) de energía, de los cuales utiliza solamente 15.000 GWh, es decir, un cuarto del total. Sin embargo los pestañeos y cortes de luz están a la orden del día y perjudican sobremanera a la industria.

“Paraguay no tiene problemas en la generación y tampoco en la transmisión. Sus problemas en el sector eléctrico se concentran en la distribución. La realidad es que vamos a terminar con varias centrales, sin saber cómo distribuir esa energía”, enfatizó.

A su turno, el senador Miguel Ángel López Perito, quien integra una comisión que se constituyó especialmente en el Senado para tratar la nota reversal que dio curso a las obras de Aña Cua, dijo que nuestro país, por la complicidad de las autoridades de turno en el negociado, será forzado a asumir solidariamente una deuda de unas obras que solo le convienen a la Argentina.

En tal sentido, recordó que hoy las obras se estiman en 600 millones de dólares, que serán trasladados a la tarifa de Yacyretá, una binacional compartida por nuestro país con Argentina. Es decir, en el largo plazo, Paraguay pagará el 50% de la deuda, cuando su consumo de la nueva energía generada será ínfimo.

También rememoró que en el año 2006, cuando las obras ya iban a ser licitadas, pero la iniciativa finalmente no tuvo el acuerdo de nuestro país, el precio de las mismas era de 240 millones de dólares. Unos 12 años después, el aumento es del 150%, sin que se hayan agregado obras adicionales.

En suma, el pueblo paraguayo será constreñido a pagar por obras que no le benefician, y por cuya causa se dejaron de lado otras que sí. Como por ejemplo una mayor inversión en Yguazú, donde Paraguay ni siquiera debería compartir la energía generada.

Por este mismo tema se aprobó una interpelación al canciller Eladio Loizaga, que comprometió los intereses del país, “puenteando” al Congreso.

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