–¿De dónde es Valenzuela? ¿A qué se dedica Latin America Invest? ¿Es una consultora?
–Soy argentino, de Tucumán. Tengo 42 años. Abogado, especializado en Administración de Empresas y Mercados de Capitales. Tengo doctorado en Derecho de la Universidad Complutense de Madrid. Me metí en el emprendedurismo por casualidad. Defendí a mi padre que tuvo problemas con un banco. Ganamos. Me contrataron en la banca para que los defienda en situaciones similares que ellos tenían. Hoy en la compañía somos 160 personas atendiendo a 1.300 familias en 11 países de Sudamérica. Estamos aparte en Hong Kong, Dubái, Mónaco, Ginebra, Nueva York y Miami para atender fundamentalmente a familias de Latinoamérica. Aparte tengo columnas de comentarios en diarios y canales de televisión en América Latina y Estados Unidos, entre ellos CNN.
–¿Qué busca la gente de ustedes?
–Análisis político, económico y jurídico en los procesos de negocios.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
–¿Qué tiene de atractivo Paraguay?
–Paraguay representa hoy para Sudamérica la mejor plataforma fiscal que puede tener cualquier compañía que quiere ser multilatina y que quiera competir en la región...
–¿Por qué?
–Porque tiene una ventaja impositiva tremenda.
–Por los bajos impuestos...
–Exactamente. Paraguay es muy competitivo pero, en contrapartida, tiene problemas de logística. Hay que tomar dos o tres vuelos para llegar al aeropuerto de Asunción. Hay problemas de cierta inestabilidad política porque, más allá de que se venga manteniendo períodos democráticos, la realidad es que las instituciones muchas veces no han funcionado de la forma en que tienen que funcionar. Eso es lo que la gente nos pregunta: cómo encarar negocios en Paraguay desde el punto de vista jurídico, en lo político, en lo económico. Una de las cuestiones competitivas que exporta hoy Paraguay es el aspecto fiscal.
–Paraguay puede vender su parte impositiva pero se quejan mucho de la inseguridad jurídica...
–Nosotros analizamos las debilidades y fortalezas de cada país. Este es un gran momento para Paraguay, para dejar sentado procesos fundacionales de mediano y largo plazo. En el resto de Sudamérica no existen elementos que estén compitiendo en el mismo tenor. Por ejemplo, el tipo fiscal en Argentina es altísimo, el tipo fiscal en Brasil es altísimo, en Chile también. A partir de eso lo que necesitamos arreglar todavía en Paraguay es la infraestructura, la inversión en logística, en comunicación, en tecnología . Yo necesito estar conectado todo el tiempo a mi red y que no se caiga la red.
–Internet es pobre...
–Sí. Es una debilidad. Yo vine con la misión que encabezó el alcalde de Miami. Estuvimos conversando con el intendente (Mario Ferreiro). Se habló de que no estaba bien Asunción. Pero hay mucho por hacer y ahí hay una potencialidad también para poder acompañar el proceso... Yo apuesto por Paraguay para expandir los negocios desde aquí hacia otros países de Sudamérica. Ustedes tienen know how (conocimientos imprescindibles para un proceso comercial y que no están protegidos por una patente). Saben manejar variables económicas. Lo más natural es que un paraguayo se expanda en primera instancia a Bolivia. Asunción es muy parecida a Santa Cruz de la Sierra.
–El problema es cuando los gobiernos mantienen frías relaciones porque sus ideologías no concuerdan. Paraguay y Bolivia son agua y aceite, por ejemplo...
–A la hora de hacer negocios hay que saber con qué variables uno está jugando y en ese contexto aprovechar. Uno puede decir: “Yo soy pro mercado”, “quiero libertad empresarial”. Y yo le digo: “entonces, usted no puede hacer negocios en China”. Hay que compartir el 51% de la compañía con el Estado. No va a poder hacer negocios en Dubái. Allá es obligación que el 51% de la compañía sea de un dubaití. Las reglas son distintas, pero eso no cambia la capacidad de negociar cuando hay potencialidad.
–Los gobiernos muchas veces arruinan el negocio, como debe estar pasando con Venezuela.
–Yo le voy a ser sincero y muy polémico. Los verdaderos emprendedores no necesitamos tanto reglas claras como de estabilidad política. Suena horrible, pero un emprendedor está dispuesto a manejarse con reglas cambiantes, ambivalentes, variables en todo sentido para apostar por una ganancia. Yo puedo decir: “estoy con la libre empresa”, pero la realidad es que tenemos mercados distintos y en todos los mercados se puede hacer dinero. Si va hoy con dinero a Venezuela puede convertirse en dueño de gran parte de Caracas apostando a la crisis económica y alimentaria. Inmobiliariamente se puede especular un montón. Hay que entender que se asume un riesgo sistémico porque si llega un proceso jurídico, no va a tener elementos para defenderse en un tribunal venezolano.
–Los capitales argentinos migraron bastante a Paraguay durante los Kirchner. Lo mismo pasó con los capitales de Brasil durante Lula y más con Dilma Rousseff... ¿Ahora que se fueron ellos van a regresar los capitales?
–Sí, pero no con tanta velocidad con que han ingresado a Paraguay. Paraguay nos defiende en el proceso fiscal. Muchos vinimos para acá, para generar un proceso de economía real, y vamos a volver pero mirando con cautela a nuestros países.
–¿Cómo Paraguay puede capitalizar mejor esta coyuntura?
–Yo lo que diría es que se ha profesionalizado mucho la gestión política. Podrán cuestionarlo desde el punto de vista político al ministro Gustavo Leite, pero a mí me convence como un hábil expositor hacia afuera. Sabe vender bien el proceso paraguayo. Cuando habla en Dubái, Bolivia o Estados Unidos genera un proceso de construcción de marca país. Yo aceleraría este proceso. Intentaría generar políticas en donde el arco político en general diga: “Por más que nosotros tengamos estos débitos con la sociedad e intentemos nivelar hacia arriba, etc., estos puntos críticos no se van a tocar...”.
–Por ejemplo...
- Repito: el tema fiscal, por ejemplo aplicar una “ley mordaza” por 20 años para que nadie toque el tipo fiscal. Lo que se necesita aquí es aumentar la base imponible. El otro paso es generar un proceso de tecnología importante para aumentar nuestra base imponible y cobrar los impuestos bajos a todo el mundo, no a los mismos de siempre. Eso implica ir a Ciudad del Este y formalizar allí la economía...
–La evasión fiscal es de 60%...
–Entonces hay que caerles a los que no pagan. Después hay que fijar una serie de pilares básicos intocables desde el punto de vista institucional, que vaya más allá de la gestión política. El tercer punto es la logística, generar una plataforma de servicios internacionales, generar mejor infraestructura. Yo no puedo viajar de Miami a Asunción para una reunión porque no tengo conectividad. Eso me genera un freno. Hay que mejorar los aeropuertos, los puertos, los canales fluviales, la conectividad ferroviaria para el transporte de productos, mejorar el tema tecnológico para que vengan los millennials y se instalen aquí fácilmente, convencidos de que desde aquí pueden procesar su información y producir software internacional, tecnología en términos internacionales, generar un Silicon Valley, generar procesos estratégicos de mediano y largo plazo...
–¿Adónde tenemos que apuntar?
–Paraguay tiene que seguir apuntando a Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia. Yo creo que Paraguay está conectado al éxito. Lo pueden ejercer los propios paraguayos o lo vamos a hacer nosotros que vinimos a instalarnos acá a construir nuestra plataforma logística.
–¿Qué reclamaría al próximo Presidente?
–Necesitamos un perfil de Presidente que tenga conexión con la gente, que a la vez tenga visión de estadista y que no esté pensando solamente en él sino en un país para los próximos 20 años. Necesitamos un programa de país que diga: “Paraguay 2050”, donde se fijen pautas de crecimiento y de sostenimiento, y que sean verdades tan notables que hasta sea vergonzoso a cualquier otro candidato intentar cambiarlo.
Necesitamos que venga uno y asegure que no van a modificar ciertos tipos impositivos. Ahí van a llover las inversiones reales porque los empresarios se van a convencer de que va a haber estabilidad. Necesitamos liderazgos institucionales, no mesiánicos.
Necesitamos estadistas, no políticos de calle. No importa que vengan gobiernos más de izquierda o más de derecha pero que los puntos fundamentales no sean cambiados y que el lema sea: “yo voy a competir con el mundo”, “voy a exportar conocimiento”, “voy a exportar logística”, “voy a ser el punto de conexión del mercado como el brasilero o el argentino...”. Por la cuestión de la ubicación geográfica, de potencialidad productiva, de idiosincrasia de la gente que vive en Paraguay y a pesar de la clase política, y a pesar de las peleas institucionales que pueda llegar a sufrir Paraguay en el corto plazo, este es un país que en el mediano plazo se va a terminar constituyendo como un foco dentro de Sudamérica, como corazón de Sudamérica...
