El PhD en Ciencias Políticas Dr. Miguel Carter comenzó diciendo que Itaipú, aparte de nacer con un grave pasivo social y ambiental, se fundó en un tratado que aunque establece la distribución equitativa de la energía eléctrica que produciría, debido a que es un condominio en partes iguales, al mismo tiempo prohibió al Paraguay vender la energía a otros mercados y toda la producción excedente tenía que ir preferentemente al Brasil para su uso.
Agregó que, además, pasamos de hablar de un “precio justo” en el Acta de Foz de Yguazú de 1966, a una simple compensación en el tratado de 1973, con valores que siguen siendo realmente muy bajos en comparación a los equivalentes en el propio mercado del Brasil, aun después de que con el acuerdo entre Lula y Lugo del 2009 se haya triplicado. Esa compensación pasó de US$ 3 el MWh a US$ 9 el MWh.
Dijo que entre 1985 y 2018 el Paraguay recibió una compensación por la energía cedida de US$ 5.500 millones, mientras que el distribuidor brasileño mayorista percibió más de US$ 48.000 millones y el residencial recibió US$ 138.000 millones, por la misma energía. “Es decir, lo que Paraguay realmente no recibió en este tiempo llega a US$ 75.400 millones, aunque en todo este periodo hemos recibido US$ 15.000 millones, entre compensación y royalties, pero el ingreso no percibido sigue siendo cinco veces mayor”, afirmó.
En cuanto a las consecuencias sobre la economía nacional, refirió que con un índice de efecto multiplicador de apenas 0,5 puntos, y manteniendo la misma tasa de crecimiento del PIB del país, en el lapso estudiado el Paraguay perdió US$ 147.000 millones.
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Indicó que el gasto público real de todo este periodo fue de US$ 88.300 millones, según datos de Cepal, por ejemplo, y si se suma a todo esto el ingreso no percibido, se hubiera tenido un gasto potencial 85% mayor; es decir, de US$ 163.000 millones.
“Todo el gasto público en salud durante este periodo llega a casi US$ 18.000 millones, y en educación a US$ 24.000 millones, lo que quiere decir que pudimos haber duplicado nuestra inversión en ambos conceptos y nos sobraba US$ 33.400 millones para arreglar caminos y para paliar una serie de problemas que tiene nuestra sociedad”, dijo.
En ese sentido, lamentó las vidas perdidas por falta de un mejor servicio de salud pública, por la falta de medicamentos, de médicos, de nuevas ambulancias e instalaciones. Por aquello, gente de escasos recursos no tuvo oportunidad de proseguir sus estudios secundarios y universitarios, expresó.
Estrategias para negociar
Al hacer un paralelismo con la historia bíblica de la lucha entre David y el gigante Goliat, el Dr. Miguel Carter afirmó que el Paraguay debe reconocer la asimetría existente con su socio Brasil, pero no usar “sus mismas armas”, sino una estrategia distinta, más fresca, ágil, suelta, más abierta y más participativa.
Manifestó que, viendo la estrategia de David, hay que dar protagonismo al pueblo paraguayo, convertir la negociación en Itaipú en una “causa nacional”, generando un movimiento cívico patriótico amplio, pluralista, que fortalezca el sentido de dignidad del Paraguay.
El politólogo e investigador instó a los presentes a reconocer a todos los “valores de todos los colores” que tiene nuestro país, trabajando en las fortalezas que se tiene. “Asimismo, hay que impugnar el discurso antibrasileño, somos hermanos con el Brasil, podemos tener nuestras diferencias, y no por eso vamos a entrar en un tono xenófobo”, recomendó.
