CIUDAD DEL ESTE, Alto Paraná.“Las instituciones (de control) no funcionan”, dice categórico Javier Viveros, de la Unión Industrial Paraguaya (UIP) en referencia al contrabando –en apariencia– de hormiga que ingresa a Paraguay desde Brasil a través del Puente de la Amistad. “Cuando se realizan publicaciones (relacionadas al ingreso ilegal de mercaderías) los que terminan pagando son los pequeños comerciantes que traen productos en pequeñas cantidades para surtir sus almacenes”, agrega.
En palabras de Viveros, cuya familia tiene una empresa importadora en esta ciudad, “los grandes contrabandistas, que manejan un sistema casi empresarial, ni siquiera son molestados (por los controles de Aduanas)”.
Mediante una serie de seguimientos, nuestro diario demostró que existen verdaderos empresarios que diariamente ingresan enormes cantidades de mercaderías camuflados como contrabando “hormiga” en motocicletas y furgonetas. Las concentran en grandes depósitos y de allí reparten a todo el país, e inclusive proveen a supermercados.
“La gente no tiene conciencia y cree que el contrabando le perjudica solo al empresario, y no es así porque el que realmente resulta perjudicado es el productor. Este no tiene forma de competir ni de hacerle frente a esta situación. Los empresarios grandes normalmente tienen formas de sobrevivir, pero los microempresarios, los productores pequeños, los agroproductores de la zona, ellos son los más afectados. Son los que terminan pagando el pato sin chances de saldar sus cuentas y terminan por vender sus tierras”, dice Viveros.
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Política “mitad y mitad”
El contrabando termina perjudicando a todos porque significa una competencia desleal. Significa la pérdida de puestos de trabajos y menor recaudación para el fisco. En los últimos tiempos, uno de los sectores golpeados por el flagelo es el de las firmas importadoras de bebidas asentadas en la zona fronteriza. Según testimonios, la crisis de ventas se agravó por la competencia desleal del ingreso masivo de gaseosas, cervezas y otras que contienen alcohol.
“Yo represento varias marcas, invierto, contrato personal y pago salario, pero el mismo producto que yo represento, entra de contrabando y se vende más barato. Entonces, ya no consigo colocar mis productos. Lamentablemente, voy a tener que comenzar a despedir gente, porque así es imposible sostenerse”, denunció un importador del sector, que pidió el anonimato.
Explicó que cuando recurrieron a las autoridades para pedir que frenen la entrada ilegal de productos, descubrieron que hay personajes muy poderosos detrás y que inclusive les recomendaron que apliquen la política de “mitad y mitad”, es decir que la mitad de las mercaderías del stock de productos sean legales y el resto, contrabando.
Teodoro Galeano, de la Asociación de Feriantes Hortigranjeros del Alto Paraná, dijo que el contrabando es un problema eterno que el Gobierno tiene que asumir con mayor responsabilidad y que pongan en los controles a personas que actúen en forma legal y sobre todo con honestidad y patriotismo. Sostuvo que la ilegalidad se mantiene gracias a la coima. “Coimean G. 50.000 a G. 100.000 para pasar. Nosotros conocemos todas las estrategias que usan los contrabandistas para seguir ingresando productos. Es una mafia muy grande”, afirmó.
El esquema del contrabando es conocido por las autoridades. Incluso el director Nacional de Aduanas, Nelson Valiente, quien recibe informes sobre el ingreso masivo de productos ilegales. Sin embargo, el esquema se mantiene intacto, porque los contrabandistas son amigos o parientes de algún político.
Próxima entrega: Los números del contrabando.
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