A los “clavos” de G. 30.000 millones que tienen varios operadores locales con Petróleos Paraguayos y la deuda de US$ 300 millones a Petróleos de Venezuela (PDVSA), se suma otra de US$ 1 millón, que en este caso la estatal adeuda a un proveedor argentino de gas licuado de petróleo (GLP), a la que no puede pagar porque la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP) canceló la licitación por irregularidades.
En julio pasado, Petropar adjudicó por G. 9.465.600.000 (US$ 1,6 millones) la provisión de GLP a la firma argentina Refinería del Norte SA (Refirnor). La adjudicación se realizó a través de la compra “spot”, una compra que, según datos de Dicapar (Distribuidora de Combustibles Asociadas del Paraguay), no siguió el proceso tradicional, reglamentado a través de los decretos 5520/16 (general para todas las instituciones) y 8037/11 (solo para Petropar).
Según estos datos, el 2 de agosto pasado, la DNCP informó a Petropar de irregularidades en la licitación “spot”. Una de ellas se debe a que la estatal menciona compra “spot” en su llamado, pero dicho proceso no se ajusta a lo que indica el decreto 8037/11.
La compra fue de 1.500 toneladas mínimas y 3.000 toneladas máximas de GLP. Las cargas comenzaron a realizarse el 11 de julio pasado en Argentina.
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La DNCP anuló la licitación el 21 de agosto por Resolución 2108/18, por violación del Decreto de compra Spot 8037/11, pero Petropar ya había recibido producto hasta el 18 de agosto, totalizando 1.800 toneladas por valor US$ 1 millón.
La DNCP se ratificó en la anulación y rechazó el pedido de reconsideración de Petropar el 17 de setiembre por Resolución 3456/18. La conclusión es que Petropar no pagó porque la DNCP no autorizó la compra, o sea no existe un código de contratación.
Refinor, por su parte, envió una nota a Petropar el 19 de setiembre, exigiéndole el pago de las facturas que le adeuda, e inclusive sugería un método de pago que sería ilegal, porque busca eludir la disposición de la DNCP. La estatal se expone ahora a una demanda internacional por parte de Refinor, que ampliaría el daño patrimonial que ya tiene Petropar.