El argumento esgrimido por el director paraguayo de la EBY, Ing. Ángel María Recalde, para justificar los costos estimados para la construcción de la minicentral hidroeléctrica sobre el brazo Aña Cua del río Paraná, es que las obras civiles que se requieren son “quirúrgicas”, ya que se debe cortar la presa del vertedero para construir la casa de máquinas. Sin embargo, en un relevamiento realizado por el Ing. Axel Benítez sobre los principales emprendimientos hidroeléctricos efectuados en los últimos años en la región (ver infog.) se observa una diferencia bastante significativa.
El profesional recuerda que ya se hicieron varias consultorías y muchos estudios, pero los costos en dólares por kilowatt (US$/kW) instalados, solo se incrementan con el paso del tiempo. “No podemos analizar un proyecto Aña Cua que nadie vio, pero nos dicen que los pliegos están prestos para su llamado a licitación. Nos cuentan que costaría US$ 480 millones a 600 millones para una potencia de 250/270 MW, lo que nos da un ratio aproximado de 2.500 US$/kW instalado. La pregunta sería por qué invertir en un proyecto más caro y no respetar el proyecto original. La respuesta parece sencilla, el salto es mayor, en concordancia con los numerosos textos de ingeniería hidráulica”, observa Benítez.
Para el especialista existen numerosos interrogantes, en especial referentes al diseño, eficiencia y eficacia de la propuesta. “Las dudas técnicas inclusive han sido también expuestas por la prensa, pero nunca explicadas por la EBY con suficiente rigor técnico y podemos decir en consecuencia que no existe un estudio técnico serio de lo que realmente se pretende hacer con Aña Cua, así como de su posterior conflicto con el proyecto Itá Corá/Itatí. Por lo tanto es casi imposible, bajo estas condiciones, aseverar que es factible técnicamente para Yacyretá y mucho menos para el Paraguay, ya que el modelo planteado prioriza la supuesta mayor generación y no precisamente la navegación, que es prioritaria para nuestro país mediterráneo”, concluyó el técnico.
“Costos” fueron aumentando
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La historia reciente del proyecto Aña Cua nos muestra que este proyecto ha ido aumentando progresivamente de precio en cada intento de “entendimiento” bilateral. Se puede comprobar fácilmente como este proyecto pasó de un costo estimado de US$ 240 millones (1998), a US$ 400 millones con el preacuerdo 2006 para llegar ahora a los actuales US$ 500 millones o 600 millones, según la EBY. El Ing. Axel Benítez manifestó que en Aña Cua las objeciones técnicas-económicas son las mismas que en el de la presa Yguazú, que tenía unos 200 MW de capacidad instalada a un costo superior a los US$ 300 millones (1.500 US$/kW instalado) y que terminó siendo cancelado bajo el gobierno de Cartes por inviable.