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El primer gran inconveniente es que la franja de cemento, construida para ser el corredor del metrobús, actualmente está habilitado para el tránsito de vehículos. Sin embargo, sigue confundiendo porque no cuenta, en toda su extensión, con la señalización debida sumado a la falta de insistencia en la información sobre su uso.
Es frecuente ver a peatones caminar por dicha franja, o pararse en el mismo, aguardando cruzar la ruta, debido a que el paseo central fue retirado en la construcción del frustrado metrobús. Por ello, Edgar Gill, comerciante, dijo que pedirán al MOPC que mejore la señalización o pinte de negro el hormigón, ya que se presta a la confusión y puede haber accidentes.
Tampoco se volvió a pintar la franja peatonal en las esquinas que contaban con la misma, lo que está preocupando a la comunidad educativa, atendiendo a que el próximo 20 se inician las clases. Así también siguen habiendo en algunos sitios vehículos estacionados.
Otro factor de riesgo es que en gran parte del trayecto, desde el campus hasta la ex calle Última, se tiene registros de desagüe sin tapas, lo que pone en constante riesgo a los vehículos que transitan por la ruta. Igualmente, existen sectores donde la velocidad máxima permitida para circular es de 50 km por hora, pero muchos no respetan, y al toparse a gran velocidad con los “agujeros”, desvían abruptamente chocando por poco.
Sobre estos temas intentamos hablar con el vice ministro, Ignacio Gómez, y con el director de Vialidad, Hugo Arce, pero ninguno respondió a nuestros llamados.