Rutas deben circunvalar ciudades y no dividirlas, sostiene especialista

Los criterios internacionales de diseño de rutas establecen que estas deben circunvalar las ciudades y en ningún caso atravesarlas, como ocurrió con la Ruta III y también con Ñu Guasu.

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Si bien no existen normas internacionales de diseño, si hay consenso en torno a algunas recomendaciones de cómo debe diseñarse una ruta y que estas deben circunvalar las ciudades, no dividirlas, según explicó el ingeniero Hugo Florentín, experto en diseño vial y presidente de la Asociación Paraguaya de Carreteras (APC), cuando le preguntamos si al momento de diseñar una ruta se toman en cuenta recomendaciones internacionales en materia vial, o bien, ordenanzas municipales. 

“No se trata de un tema de normas, sino de criterio de diseño y de instrucciones”, respondió el especialista y agregó que no hay normas en la materia, sino criterios técnicos que deben respetarse y que la recomendación en tal sentido es que la ruta siempre rodee la ciudad, y que no la atraviese.

El criterio de que la ruta circunvale una ciudad responde a su vez a un tema de seguridad. Entre más cerca del centro urbano se encuentre la ruta, mayor exposición al peligro tendrán los peatones. En consecuencia, esto condicionará notablemente la velocidad de desplazamiento por esa ruta, según explicó Florentín. La recomendación es que solo se proyecten los accesos a los centros urbanos, pero que la ruta no penetre en la ciudad. 

“Un camino siempre se diseña para vehículos, pero entre más cerca de los centros urbanos esté ese camino, más habrá que pensar en el peatón, que siempre tiene preeminencia sobre el vehículo. En consecuencia hay una serie de elementos que condicionan a la ruta, que podría finalmente no terminar cumpliendo su objetivo”, señaló. 

A nivel local, no existe una institución que regule el cumplimiento de que estos criterios se respeten.

“No tenemos un organismo a nivel local que dé una instrucción de cómo se tiene que hacer una ruta, pero para eso se debe recurrir a un especialista en diseño vial”, afirmó.

Incumplimiento

Cuando le preguntamos al ingeniero por qué no se respetaron esos criterios en el diseño de la autopista Ñu Guasu, que dividió el barrio San Jorge de Asunción, y también de la Ruta III, que partió en dos la ciudad de Mariano Roque Alonso, respondió que el axioma enunciado es letra muerta a nivel local.

“A veces respetar esa recomendación crea un problema social, porque cuando se hace una ruta, normalmente toda la ciudad se muda sobre la ruta”, dijo. 

Sobre la situación específica de Mariano Roque Alonso, ciudad que hoy está partida en dos, manifestó que cuando se hizo el trazado original la ciudad era todavía rural, pero que al duplicarse la ruta, la ciudad comenzó a crecer a su alrededor. “El crecimiento fue realmente exponencial”, dijo.

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