Mientras otras cooperativas de su categoría aumentan cada año el número de sus miembros, San Cristóbal se quedó en el 2015, ya sea por “renuncias o exclusiones”, sin 39.483 de sus asociados, casi el 30% menos de lo que tenía el año anterior. Ese porcentaje, sin embargo, quedó finalmente en un 23% –esto según los propios cálculos de la entidad– gracias a que ingresaron 7.865 nuevos adherentes en ese periodo.
Las cifras que publica la cooperativa en su “Memoria y balance 2015” (pág. 47) indican que en el 2014 solo se habían retirado 6.940 personas. Esto lleva a la conclusión de que la “corrida” se disparó en tal magnitud el año pasado hasta alcanzar un 469%, siempre de acuerdo a los números oficiales de la propia entidad. Le quedan hoy, dice, 101.459 socios.
Es difícil saber los motivos de esta situación, aunque fuentes técnicas consultadas indicaron que los socios de entidades financieras solidarias de este tipo se retiran masivamente cuando hay desconfianza, generalmente; aunque creen que también habrá colaborado alguna especie de depuración de la lista de miembros, ya que las cooperativas pagan un “canon” al Instituto Nacional de Cooperativismo (Incoop) y con esto se baja el monto a transferir.
De todas formas, esta cooperativa mantiene desde hace años al frente del Consejo de Administración a Juan Carlos Ozorio, un dirigente de base colorado cuya gestión ya ha tenido fuertes críticas en años anteriores, hasta que logró debilitar y borrar a sectores opositores a su polémica gestión.
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Cuestiones llamativas
Una de las cuestiones llamativas que figuran en el balance que se presentará hoy en la asamblea es el hecho de que la cooperativa efectuó fuertes inversiones en varias empresas privadas, como la Compañía Administradora de Riesgos SA (Carsa), en la que la administración de Ozorio depositó la nada despreciable suma de G. 10.000 millones (US$ 1,7 millones al cambio actual).
En el informe se detalla que San Cristóbal, cuyo gerente general es Gustavo Gamarra, ha procedido a vender “saldo de la cartera de préstamos y de tarjetas de créditos” a la misma Carsa (ver facsímiles), en tres ocasiones: en enero, febrero y marzo de 2015. No se especifican montos sobre dichas negociaciones.
En este caso Carsa se convierte en una empresa vinculada, que no es aconsejable para las entidades financieras, según las fuentes técnicas. Además, la cooperativa aporta un capital para fortalecer una firma privada que luego va a ir a “apretar” a sus propios socios, en este caso morosos.
NECESIDAD DE FORTALECER RECURSOS
La Junta de Vigilancia admite en su informe la necesidad de fortalecer financieramente San Cristóbal. “Si bien la economía nacional está fortalecida a nivel macro, se visualiza procesos de desaceleración para 2016, por lo que se sugiere a la asamblea considerar capitalizar parte de los excedentes (...) de forma a fortalecer la estructura patrimonial de la cooperativa y mantener las disponibilidades”, dice. Se declara un excedente de G. 4.136 millones, de los que el 53% se repartiría a los socios si les queda algo tras descuentos por cuotas atrasadas de préstamos, solidaridad, aportes y otros.
jobenitez@abc.com.py
