En febrero último, luego de que el Poder Ejecutivo reemplazara en el directorio de la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap) a Evelio López y Guillermo Fanego, por Carlos Arce y Enrique Dami, fueron descontratados poco más de 200 funcionarios del ente.
En un principio, el titular de la firma estatal, Osmar Sarubbi, quien ocupa el cargo desde la asunción de Horacio Cartes en la presidencia de la República, anunció que publicaría el listado en la página web de la entidad. A las pocas semanas cambió de opinión y decidió no publicar y ni siquiera facilitar copia a los medios de comunicación, en contravención a la ley de acceso a la información pública.
Dicho cambio de postura, según fuentes cercanas a la aguatera estatal, se debería a que la mayoría de los despedidos habían sido incorporados bajo su administración, quienes no cumplían horario, ni siquiera se los conocía en el ente y mucho menos tenían funciones. Otras fuentes afirmaron que una veintena de los más de 200 despedidos eran personas que estaban asignadas a cumplir tareas en las áreas de limpieza y reparación de cañerías rotas.
La lista fue elaborada por el propio Sarubbi con su asistente Patricia Amadit y el esposo de esta, Carlos Estigarribia, su asesor. Justamente, ellos son los encargados de tramitar ante la gerencia de Talentos Humanos la contratación de los recomendados, afirman.
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Según nuestras fuentes, uno de los descontratados es empleado de la Cooperativa El Buen Camino. Se trata de David Torres.
En la nómina de despedidos, según los datos, figuran también recomendados de López y Fanego, como Manuel Guanes, Alberto Escobar y Javier Salinas.
Ayer enviamos un mensaje de texto a Sarubbi para conseguir su descargo en torno a esta acusación, pero no respondió.
Más de 600 nuevos en 2 años
Desde que Osmar Ludovico Sarubbi se hizo cargo de la presidencia de Essap, en setiembre de 2013, más de 600 personas fueron incorporadas en el plantel de esa institución, pese a que había advertido que tenía que descontratar porque podía funcionar con la mitad de los más de 2.000 funcionarios.
Sarubbi desvinculó a unos 400, pero los fue reemplazando con recomendados de los mandamases del actual gobierno, como es habitual. Muchos ingresaron como contratados y otros tantos como funcionarios permanentes, con jugosos salarios, como es el caso de la nuera del ministro de Salud, Antonio Barrios, María Betharram Torres Silveira, que ingresó con un sueldo de G. 9,5 millones.