Solución para el Pilcomayo pasa por la limpieza de la cañada La Madrid

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Santa Emilia es una comunidad ubicada en la orilla de La Madrid; los habitantes son pequeños ganaderos que viven pendientes del Pilcomayo. Reclaman la limpieza del cauce de la cañada. “Sin limpieza no hay solución” dicen.

Balbino Morel vive con su familia en la pequeña comunidad de Santa Emilia, en los alrededores del poblado de Margariños.

Margariños esta ubicado a unos 140 kilómetros al norte del fortín General Díaz, en la orilla de la cañada La Madrid, en el departamento de Boquerón.

Cuatro años atrás, en la última riada del Pilcomayo en nuestro territorio, la casa de don Balbino sufrió el embate del río: las aguas ingresaron en forma violenta y debieron improvisar defensas. “Esto sucedió porque el cauce de La Madrid estaba colmatado, entonces el río busca por donde escurrirse y entró en mi propiedad”, fue su relato.

Agregó que “desde aquel entonces hasta hoy no se limpió la cañada, sigue llena de sedimentos, con árboles y arbustos en medio del cauce. Se tiene que limpiar para que el río pueda correr”.

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No dudó en señalar que “sin una limpieza de La Madrid es imposible una solución para el río. No va a entrar en nuestro territorio, es demasiado sencillo el problema”.

Riesgo del taponamiento de la cañada

La advertencia que da don Balbino Morel es clara: se tiene que asegurar que el río pueda escurrirse dentro de la cañada para evitar la destrucción de poblados que están en la ribera.

Al llegar el río se encuentra con una masa de arena y arbustos, entonces busca donde abrir camino; allí se vuelve anárquico.

Las aguas van destruyendo todo a su paso.

Esta posibilidad es absolutamente real, forma parte del comportamiento natural del río cuando encuentra taponado su cauce.

Para proteger a las pequeñas comunidades se tiene que garantizar que el río no salga del cauce que lo conduce hasta el fortín General Díaz.

Van tres años que el río no ingresa en territorio paraguayo y ahora se llegó al colmo de que la embocadura de nuestro canal se encuentra en Argentina, como resultado de la colmatación.

“Nosotros vivimos de la pequeña ganadería, con mucho sacrificio. Un animal que se muera para nosotros es una verdadera tragedia y ahora están comenzando a morir por falta de alimentos. Esa es nuestra realidad” dijo nuestro entrevistado.

Este año, de nuevo comenzarán muy tarde los trabajos en el Pilcomayo, poniendo en riesgo el objetivo de recuperar el río. El resultado es muerte y desolación en nuestro Chaco.

roque@abc.com.py