Trabajos viales sin concluir se vuelven casi una costumbre

Casi ya en el Km. 23 de la Ruta 3, luego del último viaducto, se crea un escenario de completo desorden que involucra a peatones que cruzan la ruta sin seguridad y automovilistas confundidos por falta de señalización, que se topan con un asfaltado que termina sin ningún aviso.

“La terminación de la ruta –en este caso, en realidad, es la no terminación– es lamentable, tanto que algunos deben transitar con sus vehículos por la vereda de un supermercado para sortear los atascos que hay a toda hora”, dijo al respecto un conductor que llamó al diario, por lo que fuimos ayer a Limpio para ver el sitio.

A pesar de ser, domingo había mucho tráfico, y en el lugar salta a la vista las groseras falencias de la obra, que si bien es necesaria para el desarrollo de la zona y de otras localidades, presenta un triste panorama a estas alturas, en que ya debía estar totalmente terminada.

El asfaltado finaliza bruscamente en la “rotonda” para dar lugar a un camino de tierra que sorprende a los conductores no asiduos de la zona. El cambio de terreno atrapa a la mayoría de ellos, exponiéndolos a accidentes y daños en sus vehículos. 

Los que transitan más a menudo por el sitio ya saben que deben cruzar cuidadosamente. “Yo paso siempre por acá, y es una pena. Oparei el asfalto de repente. Si es una obra que todavía no concluyó, por lo menos que pongan señalizaciones, para que todos estemos informados”, expresó Marlene Caballero.

Esta ampliación de la Ruta 3 está a cargo del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) y el Consorcio D-R (CDD Construcciones-Benito Roggio & Hijos, representado por César Delgado). Fuentes cercanas al MOPC nos dijeron ayer que los trabajos están parados porque aún no se resuelven dos casos de expropiación de terreno en la zona donde debe construirse la circunvalación de Limpio. Este proyecto tiene un precio de G. 220.000 millones (casi US$ 40 millones), incluido un reajuste de 20%. La contratista logró que el MOPC le ampliara el plazo de terminación –que venció en mayo– hasta diciembre próximo.

Otras sin final feliz 

Este caso de la Ruta 3 recuerda a dos obras recientes y cercanas que aún esperan una adecuada culminación, pese a que ya están pagadas y entregadas. Una de ellas es la Avda. Ñu Guasu, a la que le faltan 500 metros en la zona del Hotel Bourbon, en Luque. La vía se corta abruptamente en el sitio con una barrera metálica, y quienes salen de Asunción deben desviar hacia Gral. Aquino. El “error” se solucionará si hay una tercera etapa, dijo el MOPC en su momento. Esa parte corresponde al tramo II, que construyó el consorcio Las Residentas (CIV, de Isacio Vallejos, y M&T, de Julio Mendoza), por G. 103.000 millones (US$ 18, 6 millones al cambio actual). 

Lo mismo ocurre con el “superviaducto” de Madame Lynch y Aviadores, hoy en medio de serias denuncias e investigaciones por cambio de diseño y detalles incompletos, como las pasarelas para peatones. Lo construyó la española Isolux-Corsán, por G. 124.000 millones (casi US$ 23 millones).