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Las fases 2 y 3 del proyecto de modernización del aeropuerto Silvio Pettirossi, que comenzó a ejecutarse con un plan maestro elaborado por la propia Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) quedaron suspendidas cuando desde el Gobierno se decidió que el aeropuerto iba a ser modernizado por un contrato de Alianza Público-Privada (APP), de 30 años. La propaganda oficial dice que para duplicar en 10 años la cantidad de pasajeros hacen falta invertir 110 millones de dólares en construir un nuevo edificio y en mejorar la pista de aterrizaje. Sin embargo, el plan maestro de la OACI da cuenta de que se necesitan 29 millones de dólares, aproximadamente.
Para el edificio terminal el plan estima una inversión de 10 millones de dólares (no prevé la construcción de un nuevo edificio por considerarlo innecesario), en el mejoramiento de la plataforma 12 millones de dólares, en los drenajes 2 millones de dólares, y en el Servicio de Extinción de Incendios (SEI), es decir, el cuartel de bomberos, otros 5 millones de dólares. De esta manera, las fases 2 y 3 alcanzan la suma de 29 millones de dólares.
La primera fase de este plan fue ejecutada con éxito hace algunos años y en ella se invirtieron menos de 10 millones de dólares solventados con recursos generados por el aeropuerto.
Absoluto silencio en el MOPC
Desde que saltaron los frondosos antecedentes de incumplimiento de Sacyr, la empresa que aparecía como segura ganadora de la licitación por APP, las autoridades del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) se llamaron a silencio.
Un dictamen “fabricado” por la dirección jurídica a cargo de Dionisio Mereles, lejos de “ayudar” a Sacyr complicó aún más todo el proceso, pues niega vinculaciones de Sacyr con empresas a las que les rescindieron contrato, cuando esta vinculación fue reconocida por la propia compañía.