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Sin embargo, otras fuentes de la estatal especulan con que el “sabotaje” pudo haber sido cometido por los propios responsables de la empresa para desviar la atención, pues están en el ojo de la tormenta por la cantidad de presuntas irregularidades detectadas por la auditoría interna sobre uso de fondos a rendir y fondos fijos.
Intentamos luego consultar con Sarubbi y Óscar Bueno, el gerente técnico, sobre esta nueva versión, pero no respondieron las llamadas.
La noche del suceso, Méndez Bueno envió a periodistas de nuestro diario varios mensajes en los que acusaba del sabotaje a grupos sindicales. Es más, recordó que hace unos años había denunciado un caso similar, que fue comprobado por una investigación que fue un sabotaje de los sindicalistas. “Solamente gente que conoce bien el sistema puede hacerlo”, aseguraba en el mensaje de texto.
Una tercera hipótesis habla de que la pieza de bronce pudo haber sido robada para su venta en el mercado negro. Habría sitios en donde pagan entre G. 50.000 y G. 100.000, según las versiones al respecto. Dicen que puede ser obra de adictos a las drogas que acceden al Jardín Botánico a la noche.
El robo afectó a usuarios de Sajonia, Trinidad, B° Jara, Roberto L. Petit y Zeballos Cue, así como parte del microcentro capitalino y un sector de Roque Alonso.