La culpa la tiene la administración actual de la aguatera, encabezada por Osmar Sarubbi, que desde octubre del año pasado intentó adjudicar por sistema leasing, que costaría más del doble del monto de la inversión requerida. Según los estudios técnicos, la aductora tendría un costo aproximado de entre US$ 5 millones y US$ 7 millones. Al otorgar por sistema leasing este precio se infla a US$ 23,6 millones.
Al llegar a oídos del Ejecutivo el intento de negociado que se estaba gestando en la Essap, exigió la elaboración de un nuevo estudio técnico para licitar el proyecto.
La aductora de unos 21 km, que se extenderá desde la planta de tratamiento ubicada en la ribera del río Tebicuarymí hasta Villarrica, tenía que estar lista para este mes de agosto, pero a causa de la intención de construir mediante el sistema leasing, hasta la fecha ni siquiera se convocó la licitación.
Según el gerente técnico de la Essap, Ing. Óscar Méndez, ahora están analizando el modo de financiación.
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Lo concreto es que el sistema leasing que pretendía Sarubbi ya no corre, porque tendrá un altísimo costo para el Estado, según las fuentes consultadas.
