Actuaron después de publicarse por la prensa

Alexandra Torres señaló que inicialmente el presbítero Silvestre Olmedo le manifestaba su interés con palabras y después, el 21 de setiembre de 2016, pasó al manoseo en la espalda y el pecho, que la motivó a presentar la denuncia ante los clérigos superiores. De acuerdo a las manifestaciones de la joven, el sacerdote aprovechó una tarde que ella se encontraba sola en la secretaría parroquial para intensificar el acoso y manosearla.

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“Primero me decía que era linda, me acariciaba el pelo y ya me incomodaba. Como trabajo muy de cerca con los temas juveniles, traté de evitar lo más que pude la proximidad con el sacerdote. Pero una tarde que me fui a redactar una nota a la secretaría de la casa parroquial, él se me acerca por la espalda, me acaricia y luego va hacia mi pecho”, relató.

Expuso el caso ante los integrantes de la Pastoral Juvenil en una asamblea extraordinaria. Como resultado, los más antiguos de la agrupación le aconsejaron que informe el caso ante el titular del Decanato 9 con sede en Luque y del cual depende la parroquia San José de Limpio, monseñor Dionisio Echagüe.

El 27 de setiembre recurrió a Echagüe y el sacerdote solicitó que se labre un acta para dejar constancia de lo que sucedió. Le aseguró que inmediatamente tomaría cartas en el asunto con las personas indicadas. El 30 de noviembre, el sacerdote Óscar González se acercó a la parroquia San José de Limpio y pidió hablar con la joven, pero ella se rehusó a atenderlo y solicitó hablar con el arzobispo Edmundo Valenzuela.

El 1 de diciembre, González le convoca a una reunión a Alexandra Torres con el arzobispo Valenzuela para el viernes 2 de diciembre. Acudió y el prelado ya estaba al tanto de todos los antecedentes del caso que le afecta, aseguró la joven.

Monseñor Valenzuela se llamó a silencio tras los primeros días de la escandalosa denuncia. Recién el 8 de diciembre concedió una entrevista a nuestro diario y dijo que no descarta que la joven Alexandra Torres haya presentado la denuncia en setiembre en una reunión general en la Pastoral Juvenil de la Parroquia de Limpio, pero que la nota escrita recién recibió el 4 de diciembre firmada por ella y por el coordinador pastoral de San José de Limpio, Gustavo Benítez. Insistió en que antes de ese paso formal no le comunicaron el caso.

El presbítero Silvestre Olmedo, cuando le llamamos el 5 de diciembre, dijo: “No voy a hablar con nadie, menos con la prensa. Esto es un tema personal y no tengo por qué comentarte nada”.

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