Momentos de terror

Además, arrasaron con los cultivos de renta y de autoconsumo. Un médico de la comunidad también relató la desesperante situación que experimentó.

Las localidades afectadas son Naranjaty Guasu, Naranjaty Cerrito, Naranjaty Valle’i, Pirity, asentamiento Nueva Esperanza, Ykua Hovy, Brasil Cue, Espajín, Callejón 40, entre otras. El temporal también destruyó cultivos de consumo y de renta. El 6 de marzo la Municipalidad declaró emergencia a raíz de los daños sufridos en las mencionadas comunidades y contabilizaron unas 700 casas destruidas.

En la colonia “Nueva Esperanza”, la mayoría de los pobladores perdieron sus casas por efecto del tornado. También cayeron árboles, murieron animales vacunos y el temporal destruyó los cultivos de renta y de consumo. Los afectados solicitan mayor ayuda de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN), principalmente provisión de chapas, alimentos, ropas y útiles escolares, que fueron destruidos por la lluvia y llevados por el viento.

Édison Duarte comentó que aproximadamente a las 15:20 del terrorífico día se encontraba en el interior de su casa con su esposa, Sonia Vega, y su hijo de cuatro años. Repentinamente, cayó el viento huracanado que destrozó parte de la vivienda.

Duarte dijo que con su esposa y su hijo tuvieron que salir de la casa para refugiarse en algún lugar. Indicó que por la fuerza del viento se agarraron de un árbol con el niño en medio de ellos para evitar que los arrastrara.

Vivieron momentos de terror al observar cómo el tornado, con truenos y rayos, asolaba la colonia.

Por su parte, Fidelina Ríos, pobladora de la misma colonia, recordó que les sorprendió el temporal. Aseguró que en menos de dos minutos se derrumbaron sus viviendas y que gracias a Dios pudieron salvar sus vidas.

Sonia Florenciano comentó que el temporal destechó su casa y que hasta ayer no se recuperaban del susto. Por el estado de shock en que se encontraba aún, no supo explicar lo que pasó.

El director interino de la Primera Región Sanitaria de Concepción y coordinador regional de Atención Primaria de la Salud APS, del Ministerio de Salud Pública, Dr. Mario Urbieta, también contó la desesperante experiencia que le tocó experimentar con el azote del viento huracanado. Relató que el fenómeno le sorprendió cuando viajaba. “La fuerza del viento hizo que el vehículo en que viajaba se desequilibrara”, dijo.

Manifestó que se trasladaba junto con su novia, Fátima Ibáñez, desde Belén Cue hasta el centro urbano de Horqueta, a bordo de su automóvil, cuando el temporal les tomó en la zona de Paso Chimó a dos kilómetros del casco céntrico. La fuerza del viento hizo que su rodado, un Kía Río, girara como un trompo, pero felizmente no lo tumbó.

Señaló que en ese instante un cable de alta tensión de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) cayó sobre su móvil e hizo explotar una de las ruedas y quebró sus parabrisas. “Felizmente salimos ilesos y solamente tuvimos un gran susto con mi novia”, expresó.

En las comunidades afectadas por el tornado aún no se repuso el servicio de la ANDE, que empeora la situación de precariedad en que sobreviven los damnificados. Los afectados por el meteoro urgen más ayuda de las instituciones del Estado y también solicitan el apoyo solidario de la ciudadanía.