SAN JUAN BAUTISTA, Ñeembucú (Miguel Ángel Rodríguez, corresponsal). Desde el 12 de mayo último, unas 10 familias “permanecen bajo carpas instaladas en el monte porque sus casas están inundadas por el desborde del río Tebicuary”, dijo Sonia Caballero Pérez, docente de esa zona del país.
“Solamente en lancha se puede llegar al lugar porque los caminos están anegados”, agregó la maestra.
Además están inundadas una capilla y una escuela de plurigrado (del tercer al quinto grado), motivo por el cual los alumnos tienen que dar clases bajo las carpas para no descuidar sus estudios y perder el año lectivo.
La zona cuenta con el servicio de energía eléctrica proveído por la ANDE, sin embargo, el uso es limitado porque las viviendas aún están tomadas por el agua. En tanto, el refugio provisorio al que fueron los pobladores afectados no tiene electricidad.
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La única asistencia que tienen es la que les llega a través del cura párroco de San Juan Bautista, distrito de Ñeembucú, Ismael Obregón, manifestó la docente Sonia Caballero.
La compañía Ciervo Blanco se encuentra a 30 kilómetros de la zona urbana de la localidad ñeembucuense San Juan Bautista y los pobladores necesitan del apoyo estatal y de la solidaridad ciudadana para sobrellevar esta crisis.
