La denuncia de ultraje de la escolar fue presentada en coincidencia con el Día Nacional de Lucha contra el Abuso y la Explotación Sexual de Niñas, Niños y Adolescentes, que se conmemoró ayer en nuestro país. El caso se suma a varios otros registrados día a día en el departamento de Cordillera.
La niña de 11 años de edad era abusada en forma sistemática aparentemente por su padre biológico, que tiene 41 años y que huyó de su vivienda. El supuesto depravado es pelador o cortador de caña de azúcar durante las zafras y fue caracterizado por los vecinos como sumamente violento y alcohólico.
Cuando sucedió el hecho, la niña vivía con su mamá, su padre y un hermano de nueve años de edad en una precaria casa con techo de paja de una compañía de Arroyos y Esteros, distante unos cinco kilómetros del centro urbano. La vivienda tiene una sola habitación donde dormían hacinados los 4 integrantes de la familia, más un pequeño corredor y un rincón rodeado con restos de bolsas graneleras que usan como cocina.
La víctima es la única niña de entre cuatro hermanos, de los cuales dos (uno de 13 y otro de 19 años) viven con la abuela materna a unos kilómetros de la casa donde presuntamente se consumaba el abuso. La madre actualmente está embarazada de ocho meses.
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La niña cursa el sexto grado en el turno mañana en la escuela de su comunidad y a la que llega caminando cinco kilómetros.
Según los testimonios de los docentes y los familiares, la niña era excelente alumna, alegre y jugaba con otros niños como cualquier menor de su edad. Sin embargo, su inocencia fue interrumpida como consecuencia de los desgarradores hechos denunciados.
La directora de la institución educativa a la que asiste la menor, en medio de lágrimas, expresó que en sus años de ejercicio de la docencia nunca antes escuchó tan terrible historia. Relató que tuvo conocimiento del caso hace algunos días mediante la denuncia de una de las tías de la pequeña.
Indicó que la mujer llegó a la escuela y pidió asesoramiento porque observaba un extraño comportamiento de la niña.
La profesora dijo que inmediatamente comunicó el caso a la oficina local de la Consejería Municipal por los Derechos del Niño, Niña y Adolescente (Codeni). Esta dependencia se encargó de realizar las primeras diligencias ante la Defensoría de la Niñez de Caacupé y la Fiscalía de Emboscada para comprobar si –las hasta entonces sospechas– eran ciertas o no.
Se iniciaron los procedimientos y la víctima fue tras- ladada a una clínica privada para una revisión por el médico forense Julio César Riveros.
La fiscala del caso, Diana Laterza, indicó que los primeros exámenes confirmaron la horrible situación: el abuso sistemático de la niña de 11 años, aunque no se pudo determinar aún desde hace cuánto tiempo era vejada. Expresó que después se solicitó la inmediata detención del padre biológico. Pero, el progenitor escapó y se desconoce su paradero.
La madre de la niña tiene 35 años de edad y espera un hijo del presunto abusador, el tercero que engendró con él. Dijo que no sabe dónde está su marido e indicó que está sorprendida por las denuncias.
En todo momento intentó defender al acusado, que de acuerdo con los relatos en más de una ocasión amenazó con herir con un machete a su mujer y a los vecinos.
Cuando le consultamos el motivo por el cual huyó su cónyuge, dijo que quizá tuvo vergüenza. Al preguntársele por qué tendría vergüenza si no es culpable de la violación, optó por callar.
Resguardo y protección
El juez de la Niñez y la Adolescencia del segundo turno de Caacupé, Víctor José Yaharí, aseguró que una vez confirmado el hecho, ordenó como medida de urgencia que la niña sea tras- ladada a la vivienda de las tías denunciantes. Sin embargo, debido a las amenazas recibidas del presunto abusador se decidió llevar a la infante a un hogar de custodia y resguardo.
Por otra parte, el jefe de la comisaría 3ª, comisario principal Juan Escurra, dijo que se libró orden de captura contra el presunto abusador. Añadió que le están buscando.