Ejemplo de trabajo y tenacidad

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Fuerte, vivaz, lúcida, inquieta y con una sonrisa única, doña Rafaela Vda. de Rodas (90), relató cómo es su día a día en su pequeña chacra, ubicada en la compañía Caacupemí de la ciudad de Areguá. La mujer comentó que tiene once hijos, 25 nietos y 30 bisnietos.

AREGUÁ (Gladys Villalba, corresponsal). Doña Rafaela Vda. de Rodas relató que por algunos años dejó el trabajo de la chacra. Sin embargo, luego volvió a cultivar porque es algo que le gusta y da fuerzas. Actualmente cuenta con plantas de tomate, frutilla, lechuga, perejil y algunas hierbas medicinales, expresó.

Señaló que tiene unos 2.000 plantines de tomate y 5.000 de frutilla plantados en seis lotes y dieron una exquisita cosecha este año. Dijo que con la ayuda de su nieto José y su hijo Luis implementó un sistema de regadío a través de caños y un tanque para la acumulación de agua.

Rafaela, recorriendo en su chacra y luciendo un sombrero muy ajado por el uso y ropa cómoda, aseguró que sus productos son sanos y naturales.

“Mis hijos me reclaman que me levante tan temprano. No les hago caso. Me levanto a las 05:00 de la mañana y preparo mi mate. Mientras recorro la plantación elevo una oración todos los días. Esa es mi fuerza. Utilizo algunos productos químicos solo para eliminar los hongos, los frutos crecen naturalmente. Los tomates serán comprados por un supermercado que está acá cerca y las frutillas llevan mis hijas que son docentes a sus escuelas”, indicó.

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Añadió que en la época de cultivo sus vecinos acuden en forma generosa para dar mano de obra. Me ayudan a preparar la tierra para cultivar la fruta o verdura de estación. Una vez que termina la cosecha de tomates y frutillas, inmediatamente y aprovechando el suelo abonado se inicia la plantación de granos como poroto y maíz, dijo.

“Mi consejo para la gente que tiene espacio en sus terrenos es que aprovechen y preparen una huerta”, acotó.

Aseguró que su fortaleza radica en su alimentación que es a base de leche pura recién ordeñada, además de coco, un delicioso soyo, muchas verduras y frutas. Además del cultivo también tiene tiempo para cuidar de sus gallinas, patos y gansos, relató.

Rafaela dijo sentirse muy bendecida porque a sus 90 años puede seguir trabajando en lo que le gusta junto a su familia. Agregó que el 24 de octubre próximo cumple 91 años y espera seguir con su chacra.