El traslado de unidad fiscal facilita que traficantes gocen de impunidad

La Fiscalía General del Estado, a cargo del caazapeño Javier Díaz Verón, es cómplice de la deforestación de los bosques de la zona noreste del departamento de Caazapá. El traslado de la Unidad Especializada de Medio Ambiente de San Juan Nepomuceno a la capital departamental, Caazapá, facilita que los rollotraficantes operen con total impunidad.

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La Unidad de Medio Ambiente del departamento de Caazapá fue creada en 2006 y su sede era la ciudad de San Juan Nepomuceno, teniendo en cuenta que los delitos contra el ambiente se concentraban entre los distritos de Tavaí, Abaí y San Juan Nepomuceno. Pero el entonces fiscal general del Estado, Rubén Candia Amarilla, ordenó en 2011 el traslado a la ciudad de Caazapá, a más de 100 kilómetros del epicentro de los rollotraficantes.

Candia Amarilla habría actuado influenciado por la mafia que maneja el trafico de rollos en los parques nacionales Caazapá y San Rafael, de acuerdo a los datos.

Una de las fiscales ambientales, Karina Escurra, incluso tenía su domicilio particular en San Juan Nepomuceno. La agente podía reaccionar rápidamente cuando se presentaba una denuncia, especialmente en horas de la noche.

Escurra luego fue trasladada a la unidad fiscal de Villarrica, y en su reemplazo fue nombrado Jalil Rachid, cercano al actual fiscal general, Javier Díaz Verón. Rachid llegó a Caazapá con el mote de “fiera”, y su objetivo era eliminar el trafico de madera; pero nada de esto ocurrió.

El trafico ilegal de madera y la tala de árboles convertidos en valiosos rollos de reservas naturales, especialmente en San Rafael, continúan impunes. El Parque Nacional Caazapá prácticamente esta aniquilado y ya no existen en la actualidad árboles de tamaño importante en el área protegida (en los papeles), según las denuncias.

Los pobladores de la compañía Enramadita del distrito de Tavaí denunciaron el viernes último la presencia de un camión rollero de la marca Mercedes-Benz, color rojo, en el cruce Toro Blanco. El vehículo transportaba un enorme rollo de timbó proveniente de una zona en donde se encuentra prohibida la tala de árboles por corresponder al área del Parque San Rafael.

El camión estaba semioculto en una vieja estación de servicio del cruce Toro Blanco en espera del momento adecuado para trasladar la carga hacia los aserraderos de San Juan Nepomuceno, Tupã Renda o Abaí. Tras la denuncia a través de ABC Digital, el vehículo con su carga “desapareció”, y los efectivos policiales apostados en las comisarías cercanas “no vieron nada”.

El propietario del camión fue identificado como Ismael Ramírez, alias Poyú, residente en la compañía San Blas, Km. 16 de San Juan Nepomuceno, de acuerdo a los informes policiales.

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