Excombatiente de la Guerra del Chaco cumplió 102 años

El excombatiente de la Guerra del Chaco Serafín Brítez cumplió ayer 102 años de vida. El héroe celebró su cumpleaños rodeado de su esposa Andresa Zárate (92), sus hijos, nietos, vecinos y amigos. El gran agasajo se realizó en la humilde casa familiar, ubicada en el distrito de Carayaó, departamento de Caaguazú.

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CARAYAÓ, Dpto. de Caaguazú (Víctor Daniel Barrera, corresponsal). Don Serafín Brítez nació el 1 de febrero de 1915 en el distrito de Juan de Mena, departamento de Cordillera. Está casado hace 77 años con Andresa Zárate (92), a quien hasta la fecha jura amor eterno, según afirmó.

La pareja se asentó en la colonia Santa Catalina de este distrito y como resultado de esta unión tuvieron siete hijos, 25 nietos, 35 bisnietos y 10 tataranietos. Ayer, todos los descendientes acudieron a la casa familiar para celebrar el cumpleaños de don Serafín.

El agasajado comentó que todavía se siente muy lúcido y fuerte como un joven de 17 años. Expresó que su mayor pasión es la caza de animales silvestres y a pesar de que actualmente ya no la practica, dice que en caso de que lo inviten irá sin ningún drama. “La cacería siempre fue mi trabajo, lograba cazar carpinchos, guasu, armadillos y otros. Me siento muy joven y si me invitan sin problemas me voy a ir otra vez”, señaló.

Al ser consultado cómo es que pudo llegar tan sano y lúcido a los 102 años, dijo que el secreto está en la alimentación a base de la carne de animales silvestres, que diariamente cazaba. Aseguró que las comidas hechas con ese tipo de carne contienen mucho alimento natural que ayuda a fortalecer la salud.

Su paso por la guerra

Brítez comentó que estuvo en la Guerra del Chaco, específicamente en el Fortín Nanawa. Relató que muchas veces, mientras hacían patrullas se encontraban con el enemigo boliviano y se iniciaban los tiroteos de ambas partes hasta que uno de los lados se rendía o se daba a la fuga.

“Estuve en la guerra y gran parte me asenté en Nanawa, aunque no nos quedábamos luego en un lugar, recorríamos mucho. En las patrullas que hacíamos nos encontrábamos con los ‘‘boli’’ y cuando pasaban nos tiroteábamos hasta matarnos. Yo tuve mucha suerte porque nunca me pasó nada y vine sano del Chaco”, expresó.

El héroe comentó que el principal calvario que pasaron en el territorio chaqueño fue la falta de agua. Recordó que muchos de sus compañeros no aguantaban y perdían la vida. “El mayor sufrimiento fue la falta de agua, pasamos muchísima sed y el calor era muy intenso”, rememoró.

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