Todo comenzó cuando los ciudadanos organizaron una hamburgueseada para juntar fondos a fin de costear el arreglo del equipo de rayos x, que “nunca funcionaba” en el hospital regional. Tras la promoción de esta actividad “de milagro” el Ministerio de Salud envió una máquina nueva y también mandó reparar dos máquinas averiadas.
La respuesta alentó a los organizadores a seguir con la actividad que ya estaba programada, aunque cambiaron el nombre de “hamburgueseda” por “hambuguerterapia”.
Las autoridades sanitarias anunciaron en agosto de 2018 el funcionamiento de la UTI, pero hasta ahora no cumplieron porque la sala preparada para tal fin tiene goteras, pese a que Itaipú supuestamente destinó G. 10.000 millones para su acondicionamiento.
