Para el oficio religioso se contó con la presencia de la antigua imagen de San Blas, que se encuentra en el oratorio del barrio del mismo nombre y cuya cualidad de milagrosa alcanzó notoriedad en la fe popular.
La representación, de más de 200 años de antigüedad, pertenece a la familia Acosta López, y volvió al santuario luego de cuatro años. Un conflicto entre la citada familia y la diócesis de Caacupé hizo que la imagen dejara de ser parte de las celebraciones en ese periodo de tiempo.
De acuerdo a los detalles, el obispo Claudio Giménez había solicitado a la familia Acosta López la donación de al imagen y el predio donde está asentada la capilla. Cuando los dueños no accedieron a esa sugerencia, la diócesis emitió una resolución en la cual señala la prohibición de realizar misas en lugares privados.
Con la llegada an la comunidad del nuevo párroco, presbítero Natividad Olmedo, y luego de varias reuniones con los afectados, se pudo zanjar el problema.
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Luego del oficio religioso de ayer se realizó la tradicional procesión de la antigua imagen de San Blas por las principales calles de la ciudad, desde el santuario hasta el oratorio tradicional.