“Livieres demostró inmadurez”

YPACARAÍ, Dpto. Central (Desiré Cabrera, de nuestra redacción regional). Monseñor Mario Melanio Medina se refirió a las declaraciones del obispo de la diócesis de Ciudad del Este, Rogelio Livieres Plano, quien acusó a la Conferencia Episcopal Paraguaya de enviar informes calumniosos de su congregación.

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Dijo que Livieres es una persona muy orgullosa y que dice cualquier cosa, “por lo que yo sostengo que él tiene una serie de trastornos mentales y emocionales, ya que se contradice en muchas cosas cuando habla”.

Así se refirió Medina, luego de su participación en el Encuentro Anual de Sacerdotes realizado en la casa de los salesianos en Ypacaraí, ayer.

Señaló que Livieres demostró mucha inmadurez al decir que cuando hablan de sus sacerdotes se habla de él.

Agregó que cualquier pastor en su lugar tendría que contestar de otra manera, diciendo que se va a investigar, etc., sin embargo Livieres salió al paso y acusó al arzobispo Pastor Cuquejo, con una defensa irracional y pasional.

“Cualquiera pensaría por qué tanta ‘pasionalidad’ para defender a un sacerdote ¿será que hay algo entre ellos?”, sentenció.

Asimismo, indicó que el escándalo desatado entre los obispos Livieres y Cuquejo debe servir para que la Iglesia se reunifique y se reconvierta, que –sus miembros– sean más honestos y sinceros entre todos.

Añadió que la situación en Alto Paraná es muy grave, y que por eso ya se tomaron medidas al instante en algunos temas, porque la división se iba a acrecentar.

Robo al pueblo

Mons. Medina también se despachó contra los altos salarios que se pagan en el Congreso y en otras instituciones del Estado.

Si el nuevo rumbo quiere justificarse de alguna manera, tiene que ser implacable, teniendo en cuenta que tenemos un pueblo hambreado y empobrecido, enfatizó.

Indicó que los funcionarios públicos no pueden ganar eso que están recibiendo actualmente, y que más que una burla es un robo descarado a los contribuyentes.

Manifestó que lo grave del caso es la pérdida de la conciencia moral de los propios funcionarios y directivos de entes, que defienden los altos salarios con argumentos estúpidos.

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