Microtraficantes operan con absoluta impunidad

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Algunos barrios de Caacupé se han convertido en zonas liberadas para los microtraficantes. Los efectivos policiales y los fiscales, en la mayoría de los casos, saben quiénes son los “zares de la droga”, pero nada hacen por combatirlos. La comunidad sufre de una alarmante inseguridad.

CAACUPÉ, Dpto. de Cordillera (Desiré Cabrera, de nuestra redacción regional). La Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) emprendió varios trabajos de inteligencia para desbaratar algunas redes de microtráfico en esta capital departamental. Sin embargo, a la hora de los allanamientos, con acompañamiento de agentes fiscales de la zona, todo quedó sin resultados porque la información se filtraba y desaparecían las evidencias. Incluso, en algunas viviendas hasta se encontraban abogados esperando a los intervinientes, de acuerdo con algunos datos.

Ahora la Senad trae órdenes y fiscales de la capital del país para las intervenciones en las localidades de Cordillera. Sin embargo, el trabajo todavía es escaso mientras que los microtraficantes gozan de total impunidad y convierten a algunos barrios en verdaderas zonas liberadas.

El intendente Diego Riveros (PLRA) expresó que ante el alarmante aumento de la inseguridad en la comunidad se proyecta conformar una coordinadora local de lucha contra las drogas, enfocándose no solo en el combate a los distribuidores, sino también en la prevención y el tratamiento de adictos. Dijo que se iniciaron las conversaciones con el obispo de Caacupé, Mons. Ricardo Valenzuela; el director policial de Cordillera, comisario Gilberto Gauto; fiscal adjunto, Édgar Moreno; y jueces de la Circunscripción Judicial.

Señaló que el objetivo es delinear estrategias para un combate más firme y efectivo contra los microtraficantes que tienen en zozobra a la comunidad.

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Añadió que se encuentran analizando la posibilidad de habilitar un centro de control y prevención de adicciones, para el tratamiento integral de jóvenes, con profesionales del área.

La adicción a las drogas es considerada una enfermedad que no se cura, es como una patología crónica, pero con un adecuado y persistente tratamiento el paciente puede rehabilitarse. El proceso puede durar de dos años a más.

Por su parte, el director policial de Cordillera, comisario Gilberto Gauto, señaló que se encuentran articulando una división antinarcóticos especializada para trabajar en la comunidad.