Once personas siguen desaparecidas tras el naufragio en el río Paraguay

Once personas continúan desaparecidas tras el naufragio de la embarcación hotel “Sueño de Pantanal”, ocurrido en la tarde del miércoles último en el río Paraguay, en la zona de Carmelo Peralta, Alto Paraguay. Al término de la búsqueda y rescate de los náufragos realizados hasta pasadas las 17:00 de ayer por los buzos de la Armada paraguaya y de Brasil, el número de víctimas mortales encontradas llegó a tres.

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CARMELO PERALTA, Alto Paraguay (Carlos Almirón, corresponsal). En la embarcación hotel viajaban 26 personas y según el último reporte fallecieron en el trágico suceso tres personas identificadas como Sigmey Romano, Antonio Porteiros y Leandro Domizetti Alves, todos de nacionalidad brasileña.

El accidente se produjo a la altura de este distrito y la ciudad brasileña de Puerto Murtiño, luego de que el barco navegara durante 10 días con un grupo de turistas brasileños a bordo por el río Paraguay.

El temporal que se registró en la tarde del miércoles en la zona fue el causante del fatal desenlace, según relatos de los sobrevivientes.

Buzos de la Armada paraguaya y de la brasileña trabajaron ayer en la búsqueda de los once turistas desaparecidos. Llegaron acompañados del ministro de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN), Joaquín Roa, y un agente del Ministerio Público de Concepción.

De acuerdo al reporte oficial, siguen desaparecidas once personas, que serían Luis Penayo, Ramón Amarilla, Darío Talavera, Roberto Villona, Benedicto Capvez, Marcos de Eugar, Manoel Coelho, Pecluo Lus Boges, Lucas Wagner Orlando, Eloy Muller y Paulo Agarecida.

La búsqueda de los pasajeros desaparecidos proseguirá hoy.

Uno de los pasajeros sobrevivientes, Francisco Segundo, ciudadano brasileño de la zona de Mato Grosso Do Sul, relató que todo comenzó alrededor de las 16:45 del miércoles, cuando estaban a unos 50 metros de llegar al puerto y comenzó a soplar un fuerte ventarrón que golpeó la embarcación.

“Fue desesperante. Todo comenzó a caer y romperse, había gente en los cuartos (...), tratábamos de atajarnos de donde se podía”, dijo Segundo a la radio local Nativa FM.

Agregó que “tratábamos de salvarnos, esperar que la corriente se calme un poco para poder comenzar a nadar hasta el margen”, y resaltó que las olas que se formaron tenían hasta dos metros de altura.

Insistió en que por la forma en que se dio el accidente “solo Dios” pudo haberle salvado.

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