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ENCARNACIÓN (Juan Augusto Roa, de nuestra redacción regional). El “Paseo de los enamorados” consiste en la puesta en valor de un callejón de 200 metros abandonado. En ese tramo fueron creados paisajes, figuras y leyendas en la modalidad de expresión pictórica denominada “mosaiquismo”.
Los vecinos del barrio San Pedro hicieron entrega formal del nuevo atractivo de la ciudad a la Municipalidad en el marco de los festejos por los 404 años de Encarnación, el 25 de marzo último.
Se trata de un proyecto comunitario que nació como necesidad de rescatar el espacio, que era utilizado para arrojar basura y considerado un lugar peligroso porque allí se juntaban jóvenes para tomar bebidas alcohólicas y fumar. Ahora es un rincón atractivo para los vecinos y turistas, explicó Gladis Lorena Gauna, lugareña y licenciada en Administración Turística.
El callejón conecta el interior del barrio con la avenida perimetral norte del subembalse del arroyo Mboika’ê. De ser un lugar olvidado, sucio y abandonado, gracias a la iniciativa ciudadana ahora es un atractivo paseo, muy utilizado por los vecinos y visitado por los turistas, refirió.
Ya tenemos una escalinata en el barrio, que permitió convertir un lugar sucio y feo en un atractivo para la comunidad y los visitantes. Entonces, nos reunimos los vecinos para analizar qué podíamos hacer con este callejón abandonado y peligroso y así nació la idea de solamente limpiar y pintar todo el trayecto, relató Gauna.
Luego, en reunión con el artista plástico Rubén Sykora, quien construyó la obra en la escalinata, surgió la propuesta de que en el callejón también se implementara el arte del mosaiquismo. “Para nosotros fue de vital importancia la intervención del artista”, señaló la joven.
El nombre “Paseo de los enamorados” fue una propuesta de Gauna porque había observado que así como había basuras y reuniones de marginales, también las parejas jóvenes se encontraban en el sitio. Fue aceptada por todos, expresó.
A partir de la definición del diseño por Sykora comenzaron trabajar en diferentes grupos, cada uno con una obra determinada, a puro pulmón, con una pequeña ayuda de una o dos empresas de venta de materiales de construcción, resaltó Gauna.