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Los trabajos fueron ejecutados por el consorcio brasileño CSO-Gaissler bajo la supervisión del Departamento Nacional de Infraestructura de Transporte (DNIT) del vecino país. Las refacciones comenzaron el 19 de enero del 2015 y fueron inauguradas el 1 de julio del 2016. Anualmente pasan por allí 15.000 peatones y 40.000 vehículos, según los datos del Consejo de Desarrollo de Foz de Yguazú (Codefoz).
La revitalización de la estructura del Puente de la Amistad significó una inversión estimativa de unos 17.000 millones de guaraníes, financiados íntegramente por el Gobierno del Brasil a pedido del Codefoz.
La refacción abarcó la parte estética externa e interna, cambios en la estructura de la pista y corrección de imperfecciones, entre otros trabajos.
La estructura acondicionada de la principal tarjeta postal de la ciudad se yergue majestuosa sobre el río Paraná, brindando una imagen totalmente diferente a como se veía antes, pero además con elementos introducidos para brindar una mejor recepción a los visitantes.
Los 552,40 metros de la pasarela internacional cuentan ahora con una estructura externa de metal en ambas manos, que sirven de base al techo que protege del sol y la lluvia a los peatones que cruzan de un lado a otro. Un aspecto interesante es que tanto las estructuras de metal como los techos no afectan la visual del río Paraná, permitiendo que los pedestres puedan tener una vista panorámica del río y de ambas ciudades.
Los trabajos de refacción también incluyeron la renovación de la valla de protección interna, que separa la rampa peatonal de la pista de circulación, brindando una mayor seguridad a los peatones. Las dos pistas de circulación fueron igualmente reparadas en su totalidad. Las placas fueron llenadas con concreto y la capa asfáltica se mejoró.
La pintura de la portentosa estructura de hormigón armado también fue renovada. Recuperó su blanco inicial y se ve todavía más llamativa. El puente ganó nueva señalización horizontal y toda la estructura fue objeto de profunda limpieza.
Cruzar el puente significa disfrutar de vistas panorámicas del río Paraná, salpicado de pequeñas islas y cuyas orillas se ven cubiertas de verdes masas boscosas. Observar cómo fluye tranquilamente el río realmente es una alegría para los ojos. No en balde está considerada como una de las construcciones más atractivas entre los puentes de arco.