Con esta nota iniciamos una serie con nuestros corresponsales, que desnudarán el modus operandi y los tentáculos de este crimen organizado, que solo en el departamento de Misiones genera pérdidas económicas que superan los G. 100 millones al año a cada ganadero. Las gavillas de cuatreros operan en muchos casos con apoyo logístico del personal de las estancias, faenan los vacunos dentro de los establecimientos, tienen encargados de transportar la carne y tienen asegurados los compradores, que son en la mayoría de los casos las carnicerías locales o de otros departamentos.
Los productores pecuarios se muestran preocupados por la ola de robos, que en su mayoría queda impune. La benevolencia del Poder Judicial alienta el cuatrerismo, aseguran.
El secretario de la Coordinación de la Asociación Rural del Paraguay (ARP) Regional Misiones, Dr. Hugo Brizuela, señaló que la Policía Nacional, la Fiscalía y el Poder Judicial deben coordinar acciones para frenar el flagelo. Sin embargo, hay falencias en las tres instituciones, agregó.
Añadió que cuando los tres estamentos trabajan bien, los resultados son positivos. Hay casos en los que la Policía hace un brillante trabajo y logra detener a los abigeos, pero son liberados en horas por jueces, dijo.
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También están aquellos hechos en los que la fiscalía ni siquiera acusa a los delincuentes y otros en los que la Policía no presta interés a las denuncias, enfatizó.
Brizuela añadió que los ganaderos muchas veces no hacen la denuncia porque generalmente no hay resultados y que por eso no hay estadísticas exactas de la cantidad de hechos de abigeato en la región.
En algunos casos roban una vaca, o tres, cinco o diez animales y a veces toda una tropa. Nadie se salva; grandes, medianos y pequeños productores son azotados por los cuatreros, indicó.
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