Un joven con problemas mentales vive encadenado

En la colonia Jejuí del distrito de Liberación, departamento de San Pedro, una familia necesita de la solidaridad ciudadana para someter a tratamiento especializado a un joven con problemas mentales. Ante la dificultad de cuidarlo, el enfermo vive encadenado.

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LIBERACIÓN, Dpto. de San Pedro (Sergio Escobar Rober, corresponsal). La familia Silva González de calle 1º de Marzo de la colonia Jejuí de este distrito atraviesa por una situación bastante difícil a raíz de la enfermedad siquiátrica que sufren dos de sus integrantes. El que presenta una condición más grave es Daniel Silva González (26), al que lo mantienen encadenado al no poder estar permanentemente pendientes de su cuidado.

Del Pilar Silva, padre del joven, dijo que su hijo desde hace seis años presenta problemas mentales. Durante todo ese tiempo solamente en tres oportunidades lo llevaron al neurosiquiátrico para su tratamiento.

Comentó que la madre del joven, Felicia González, también padece de trastornos mentales, pero que no realiza tratamiento alguno porque no tiene dinero para la compra de medicamentos. En el caso de ella, dijo, cuando tiene crisis se vuelve violenta.

En el caso de Daniel, comenzó a tener inconvenientes cuando estaba en el tercer curso del bachillerato, luego se recuperó y estaba llevando una vida normal.

El joven vive permanentemente atado en una cadena en algún sector de la vivienda para evitar que se escape y se exponga a situaciones de peligro en las calles. En varias oportunidades ya se había escapado y por suerte lo pudieron encontrar y retornar a su vivienda, señaló Silva.

El desesperado padre manifestó que ya no sabe qué hacer para conseguir los remedios para su hijo y para su esposa, debido al alto precio de los medicamentos. Una de las pastillas, cuyo nombre no recordaba, cuesta G. 280.000 y solamente dura para un mes de tratamiento.

En los últimos tiempos, por momentos se siente muy desanimado porque su hijo y su esposa están peor con el paso de los días. Logra levantarse gracias al apoyo de los vecinos que le acompañan a través de oraciones y le dan fuerza para seguir luchando, explicó.

Comentó que recurrió a los políticos de la zona, pero que ninguno respondió como esperaba.

La familia no cuenta con servicio de energía eléctrica ni agua potable. Vive en una precaria casa de madera, que cuenta con una habitación y una galería.

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