Una industria artesanal

Cuando existe creatividad y ganas de trabajar, cualquier opción es valedera para ganarse el pan de cada día. Así lo demuestran pobladores del barrio San Ramón del distrito de Natalio, quienes desde hace al menos 20 años viven de la rudimentaria industria de la olería.

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NATALIO, Itapúa (Juan Augusto Roa, de nuestra redacción regional). Unas 30 familias que viven en el barrio San Ramón, ubicado a unos 12 kilómetros del casco urbano de esta localidad, y a similar distancia del distrito de Yatytay, sobre la ruta conocida como Proyecto 1418, en la zona noreste del Dpto. de Itapúa, decidieron incursionar en la olería como fuente de empleo.

Uno de los pobladores, Norberto Rosin, comentó que tras tener unos malos años en la agricultura, vendió su chacra y se metió de lleno en la industria.

Relató que la fuente de arcilla ocupa un área de unas 10 hectáreas, donde cada olero tiene su parcela donde trabajar. Algunos son espacios alquilados, otros ya son fracciones de espacio adquiridos por los miniempresarios.

Señaló que existen al menos 30 olerías, y cada uno emplea dos o tres trabajadores, lo que da la pauta de cuánta gente vive directamente del trabajo, a los que se debe sumar los transportistas, los operadores que trabajan en la descarga de la materia prima, y toda la industria de la construcción que está detrás.

Expresó que venden su productos en los distritos de los alrededores, y llegan incluso a Encarnación.

Indicó que toda la producción es artesanal, desde la preparación del barro, que se hace mediante el empleo de una mescladora, llamada “malacate”, impulsada con un caballo. Otros más “modernos” emplean una motocicleta que sustituye el estilo tradicional del empleo del cuadrúpedo. Es más económico utilizar una moto que tener un caballo, y además es más rápido, comentó.

Expresó también que un “cortador” hábil puede fabricar hasta 5.000 ladrillos en un día.

Añadió que esta es una industria que da trabajo a mucha gente, en forma directa e indirecta. “Nos arreglamos como podemos, sin molestar ni pedir nada a nadie”, sostuvo.

“Lo único que pedimos es energía trifásica a la ANDE, porque no podemos instalar siquiera un motor. Desde el 2013 tenemos pendiente una solicitud de una línea trifásica a la ANDE, pero hasta la fecha no respondieron”, reclamó Rosin.

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