El estado de São Paulo, el más poblado de Brasil con cerca de 46 millones de habitantes, continúa siendo el epicentro de la pandemia en el país, con 608 muertes y 8.895 casos confirmados hasta el momento.
No obstante, la principal preocupación del Gobierno es el estado de Amazonas, cuyo sistema hospitalario se encuentra al borde del colapso, y, por ello, el Ministerio de Salud anunció que enviará un refuerzo de profesionales sanitarios a su capital, Manaus, para ayudar en el combate al virus.
Los datos fueron comentados ayer por los técnicos del Ministerio en una rueda de prensa en la que, a diferencia de días anteriores, no estuvo presente el titular de la cartera, Luiz Henrique Mandetta, a pesar de que su asistencia había sido confirmada inicialmente.
Desde que estalló la crisis del coronavirus en Brasil, Mandetta ha expresado sus divergencias respecto al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, uno de los más escépticos sobre la gravedad del patógeno.
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Mandetta, pidió un “único discurso” del Gobierno para combatir el nuevo coronavirus porque la población ” no sabe “si debe” escucharle a él o “al presidente” Bolsonaro, quien defiende acabar con el confinamiento impuesto en varios estados y municipios.
Mandetta consideró que ese doble discurso del Gobierno confunde al brasileño porque “no sabe si escucha al ministro de Salud” o “si escucha al presidente”.
Luego matizó que “no hay nadie contra ni a favor de nada”, pues “el enemigo” común es el nuevo coronavirus.
El ministro de Salud prevé que en “los meses de mayo y junio” llegará el pico de la pandemia en el país suramericano.
Ese pronosticó choca con la evaluación del mandatario ultraderechista, quien en una videoconferencia con líderes religiosos transmitida en la víspera con motivo de la Pascua manifestó que “parece que la cuestión del virus está comenzando a irse”.