PARÍS (AFP). Una de las condiciones indispensables es contar con una “capacidad de tests a gran escala”, subraya una hoja de ruta publicada por la Unión Europea para preparar el aligeramiento del confinamiento.
Realizar estas pruebas de forma masiva, como hicieron Corea del Sur y Alemania –dos de los países que mejor combatieron la epidemia–, permite detectar los casos positivos, inclusive los asintomáticos, y aislarlos para evitar el contagio.
Estas pruebas llamadas RT-PCR permiten saber si una persona está infectada en el momento de someterse al test, que consiste en extraer una muestra del paciente introduciendo profundamente un hisopo en la nariz.
También se están desarrollando tests serológicos para determinar posteriormente si un individuo estuvo en contacto con el virus detectando la presencia de anticuerpos, la respuesta del sistema inmunitario. Estos servirán para establecer la eventual inmunidad del paciente y evaluar el porcentaje de la población infectada.
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Rastreo de contactos
El contact tracing (rastreo de contactos) es indisociable de los tests: cuando un enfermo da positivo, hay que hallar a las personas que estuvieron en contacto con este para hacerles la prueba y aislarlas también.
Este procedimiento puede pasar por aplicaciones móviles, que plantean no obstante cuestiones éticas sobre las libertades individuales.
“El uso de estas aplicaciones móviles deberá ser voluntario, basarse en el consentimiento de los usuarios y respetar plenamente las reglas de la UE sobre vida privada y datos personales”, según la hoja de ruta.
Pero la tecnología “no puede arreglarlo todo”, advierte el presidente del comité científico que asesora al Gobierno francés, el doctor Jean-François Delfraissy.
Corea del Sur utilizó la tecnología y “una brigada de 20.000 personas” para gestionar el contact tracing.
Sistema de salud
Otro criterio ineluctable, según la UE, es que los sistemas de salud sean capaces de absorber el aumento de casos que provocará la primera etapa del desconfinamiento, en términos de números de plazas en los servicios de reanimación y disponibilidad suficiente de medicamentos.
“Una salida exitosa será primero evitar una saturación de los hospitales”, dijo Antoine Flahault, del Instituto de Salud Global de la Universidad de Ginebra.
Sigue habiendo una incógnita respecto a los individuos más vulnerables frente al coronavirus, como los ancianos, los enfermos de otras patologías y los obesos. ¿Seguirán confinados?
“La tentación simplista que consiste en gestionar (el desconfinamiento) por franjas de edad e imponer a las personas mayores el confinamiento en nombre de su propia protección no es satisfactoria”, según la Academia de Medicina de Francia. Además, señalar a “las personas mayores, en situación de hándicap y enfermas de males crónicos es comprensible para un estadístico, pero las personas concernidas lo pueden vivir mal”, aseguró la Academia.
“¿Cuál debe ser la edad límite? ¿Qué enfermedades crónicas hay que tener en cuenta? ¿Qué grado de severidad? (...) ¿Cómo evaluar el riesgo individual frente a la diversidad infinita de las situaciones clínicas?”, planteó.
España estabiliza la pandemia
España se mantiene en fase de estabilización de la epidemia de coronavirus, aunque con altibajos de muertes y contagios, mientras el Gobierno estudia cuándo y cómo sería la transición o “desescalada”, siempre con cuatela, del confinamiento drástico de la población, impuesto a mediados de marzo.
El Ejecutivo, que dirige el socialista Pedro Sánchez, estudia varias posibilidades y medidas que se aplicarían paulatinamente.
El debate gira sobre cómo permitir a los niños salir a la calle, el uso obligatorio de mascarillas en lugares públicos, desconfinamiento por regiones, por edades o grupos de riesgo y reapertura progresiva de actividades y establecimientos ahora cerrados. (EFE)
