La retirada del carbón se hará de forma progresiva y la última central cerrará como muy tarde en 2038, pero la comisión no descarta adelantar la fecha a 2035 si las condiciones lo permiten.
Una comisión compuesta por expertos, representantes de empresarios y trabajadores del sector y de ONG de defensa del medio ambiente alcanzó un acuerdo sobre el carbón después de meses de negociaciones arduas.
El gobierno alemán tiene la última palabra, pero todo parece indicar que seguirá las recomendaciones de la comisión creada por él mismo.
Algunas ONG medioambientales consideran que tendría que hacerse antes de 2038 para alcanzar los objetivos de reducción de CO2.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
La transición tendrá un coste: hasta 80.000 millones de euros (US$ 91.200 millones) si las autoridades siguen las recomendaciones.
La decisión tendrá un impacto social elevado: decenas de miles de empleos están directa o indirectamente vinculados a la producción de lignito y de carbón en el país.
Alemania se comprometió a reducir un 40% las emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2020 con respecto a 1990 pero el objetivo se aplazó a 2030.
Según un reciente sondeo, el 59% de la población es favorable al abandono del carbón como fuente energética. La canciller alemana, Angela Merkel, advirtió que la transición tiene que ser paulatina. “No se puede salir de un día para otro si queremos una energía a un precio asequible y mantener la industria y los empleos”, aseguró.
Es una señal fuerte en Europa, sobre todo porque viene de un país hasta hace poco reticente a los cambios debido al peso de esta fuente energética.